Si fuese blanca no me pasaría
El fin de semana pasado íbamos caminando por la Vila Olímpica un amigo y yo. Un hombre nos paró y nos dijo “Por aquí no pasan marroquís”. Nos quedamos parados y, sin haber hecho nada, al cabo de unos minutos el hombre había acabado pegando a mi amigo y a mi me cogió la cartera y me rompió la T-Jove.
Este es el relato de un joven de Punt a su educadora. Por desgracia en Punt recibimos a menudo llamadas explicando situaciones como esta, por eso en La Merienda en Punt del 23 d’octubre se planteó el debate “Si fuese blanca no me pasaría” en una mesa compartida con los Mossos d’Esquadra (Área de Seguridad Ciudadana y Oficina de Ciutat Vella), SOS Racisme, la Oficina por la No Discriminación del Ajuntament de Barcelona, y personas socias y trabajadoras de Punt.
De izquierda a derecha: Jaume Comellas, Jordi Torres y Jordi Canelles, socios y voluntarios de Punt; Juanjo Ortega, Presidente de Punt; Paula Rossi, SOS Racisme; Cristina Ruano, educadora de Punt; Daniel Requena, Mosso d’Esquadra ABP Ciutat Vella; Aida Guillén, Oficina por la No Discriminación del Ayuntamiento de Barcelona; Joan Miquel Martínez, Área Técnica de Proximidad y de Seguridad Ciudadana de los Mossos d’Esquadra; Rita Grané, directora de Punt de Referència.
QUE HACEN LOS Y LAS JÓVENES CUANDO VIVEN ESTAS SITUACIONES?
Las educadoras de la entidad explican que muchas veces la juventud agredida intenta no acudir a los mossos porque no sienten confianza con los cuerpos de seguridad. Desde Punt de Referència acompañamos a denunciar estas situaciones, pero se hace de forma aislada, intentando dar respuesta a delitos de odio diversificados aunque se han observado patrones que se repiten en espacios como el transporte público o zonas de ocio nocturno. Este punto de partida abre el debate:
Jordi C (socio y voluntario de Punt) lamenta las situaciones en les cuales se encuentran los jóvenes y encuentra grave que los agredidos no confíen en los mossos, y que por este motivo los chicos no denuncien. «Si piensan que la autoridad no les hará caso, tenemos un problema». Aida (OND) añade que los procesos de denuncia son largos, desgastan y a menudo no acaban en nada. Joan Miquel (Mossos) reconoce que estos procesos no son ágiles, ni a veces efectivos y recomienda hacerlo siempre aportando testimonios al relato de los jóvenes. Jaume (socio y voluntario de Punt) añade que el propio hecho de ir a la oficina de los mossos no es agradable para nadie e imagina que para los jóvenes puede ser importante ir de la mano de la entidad.
ALTERNATIVAS A LA DENUNCIA
La experiencia de SOS Racisme por lo que hace a las denuncias a mossos tampoco se valoran del todo positivas. Paula explica que a las víctimas de situaciones racistas se les pone en duda, un hecho que frena a los jóvenes a la hora de hacer el primer contacto con la oficina. Aida explica que la mirada no punitiva es la mas transformadora, y en aquest sentido propone evitar la vía penal. Desde la Oficina por la No discriminación ofrecen otros recursos para ayudar a los y las jóvenes, trabajadas desde la Mesa de Entidades.
En este sentido SOS Racisme explica la su campaña ‘Pareu de parar-me‘ pensada para que jóvenes puedan denunciar las identificaciones policiales que les hacen a la calle. También han abierto un número de móvil en el cual pueden escribir vía whatsapp cada vez que vivan situaciones como la descrita.
SOCIEDAD CÓMPLICE
Rita y Juanjo se preguntan qué más podemos hacer entre los agentes que estamos en la merienda y en sociedad para ser más cómplices y corresponsables para evitar situaciones racistas.
Joan Miquel recomienda a Punt de Referència acercarse a la oficina de Ciutat Vella y tenerla de referencia para solucionar conflictos habituales. También explica que Mossos ha empezado una formación piloto a alumnos de la ESO para enseñar a identificar y combatir delitos de odio. Aída apunta que hay mucho trabajo hecho alrededor del odio, donde efectivamente los cuerpos policiales pueden intervenir, pero el odio es el último estadio de una piràmide formada en la seva base per estereotips, en un segon grau per prejudicis, i en un pas previ a l’odi, per la discriminació. En aquests 3 estadis diu que es podria fer molta més feina de prevenció.
REIVINDICACIÓ DELS DRETS
Les conseqüències emocionals que el racisme guarda per aquests joves són fortes, i aquests acaben per canviar la manera d’actuar dels joves per tal que no se’ls vinculi amb actes que els inculpin. La Cristina ens explica com alguns li diuen que procuren allunyar-se de les altres persones a les escales mecàniques del metro o eviten llocs de la ciutat per no ser acusats, malgrat no hagin fet res mal fet.
Davant d’això, l’Aida recomana un procés de presa de consciència com a col·lectiu. Que el jovent pugui disposar d’un espai de reflexió sobre els seus drets i d’anàlisi de situacions. La Paula hi està d’acord: posar nom a allò que els passa els pot ajudar a sentir-se legítims a l’hora de denunciar. Explica que a SOS Racisme s’hi apropen joves que ja han fet aquest treball i són conscients de ser víctimes pel fet de formar part d’un col·lectiu del qual reclamen la restitució dels seus drets. En Jordi C. afegeix que seria ideal que poguessin transformar aquesta reflexió en un missatge per la societat.
A banda d’aquest treball amb joves, Mossos recorda que els joves poden demanar el número de placa als mossos que els aturen pels carrers per tal de dur un recompte d’aturades i evitar abusos d’agent que els aturin massa sense motius aparents.
Punt de Referència ha anotat totes les propostes de les persones i entitats assistents al berenar, per treballar-les amb l’equip tècnic i evitar o combatre al màxim les actuacions racistes.
Així es tanca el quart Berenar a Punt, un debat fructífer que esperem que ens porti a nous escenaris.
Vols venir al proper berenar? Reserva la tarda de l’ 11 de desembre, parlarem de les dificultats del jovent per accedir a l’habitatge.
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