Qué efectos tiene la ley de extranjería en la juventud migrada?
Hace unos días leíamos en el periódico que casi 10.000 menores migrantes tutelados en España no tienen documentación. Salir de los centros con 18 años y sin su NIE supondrá para todos estos jóvenes tener el camino hacia la emancipación mucho más difícil: se encontrarán en situación ilegal en el territorio, por lo tanto no podrán residir legalmente en el país y en el peor de los casos podrían ser deportados a sus países de origen, teniendo en cuenta que la mayoría tampoco no tienen pasaporte. Viviendo aquí y sin NIE no podrán obtener el permiso de trabajo, tampoco no tendrán acceso a algunos espacios formativos, ni podrán abrir una cuenta bancaria, o algo tan aparentemente accesible como apuntarse en un club deportivo.
Poniendo de punto de partida un caso como el descrito, empieza para ellas y ellos una cursa de obstáculos para conseguir el NIE y el permiso de trabajo: dos objetivos que, dependiendo de si se consiguen o no, determinaran de manera rotunda las vidas de los muchachos.
PRIMER OBJETIVO: NIE
Conseguir una documentación que reconozca los jóvenes será la clave de su futuro, por este motivo, es una de las prioridades para las educadoras de los centros de menores y también para las profesionales de Punt de Referència. Los primeros problemas, pero, les encontramos en el momento de pedir cita a l’Administración que se encarga: Extranjería. Conseguir una cita supone un periplo que puede tardar semanas y muchas veces acaba sin éxito, y sin cita, no hay papeles. Nos imaginamos que tuviéramos que estar semanas y semanas intentando pedir cita para renovar nuestro pasaporte o DNI?
La alegría es enorme cuando un/a joven consigue el NIE, pero pasado un año vuelve la angustia porque toca pedir la renovación, para la cual se necesita presentar una serie de documentación a veces difícil de obtener si no es con la ayuda de profesionales, como por ejemplo, poder justificar que tienen medios económicos para vivir por cuenta propia.
«Es casi imposible conseguir los papeles. Es un proceso demasiado largo en el cual, por un motivo u otro, te acaban negando la documentació». Demasiadas veces escuchamos esta frase en boca de muchos de los jóvenes que acompañamos.Aunque el resultado sea positivo, no podemos olvidar la preocupación que puede generar la espera de un trámite tan central en su trayectoria.
EL PERMISO DE TRABAJO
Con el NIE en la mano, los jóvenes pueden finalmente acceder a un trabajo. Pero no será fácil. El requisito para que el/la joven consiga tener el permiso de trabajo es presentar un pre-contrato laboral de un año de duración a jornada completa, todo un reto teniendo en cuenta que su experiencia laboral y/o su formación previa es muy escasa debido a su edad, y a las dificultades para obtener este tipos de contrato en el mercado laboral actual. Esta tramitación puede hacerse, en el mejor de los casos, en 3 o 5 meses, unos meses de espera que se hacen eternos para la persona que espera ser contratada, pero también para el/la empresario/a que ofrece el puesto de trabajo.
TRABAJO AQUÍ DESDE HACE 9 AÑOS, PERO NO PUEDO VOTAR.
Aunque puedan haber pasado años para conseguir el NIE y un trabajo, estas personas aún están lejos de ser ciudadanos de pleno derecho hasta que no consigan la nacionalidad española. Es el caso de muchos jóvenes que han pasado por la entidad y a quienes hemos seguido la pista. Llevan 9 años reconocidos legalmente con un NIE, con una trayectoria de estudios y trabajo, pero no son suficientes aún para, por ejemplo, ejercer el derecho a voto.
UNA LEY QUE PONE PALOS A LAS RUEDAS
Este proceso descrito es el más habitual entre la juventud migrada que atendemos desde la entidad, pero hay que tener en cuenta que la Lei de Extranjería es aún más dura para los chicos que han llegado con la mayoría de edad o así se lo han determinado las pruebas de edad. Este colectivo es el que más sufre por la obtención de su documentación.
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