Punt de Referència da a conocer los programas de acogida y mentoría social a la consejera de Derechos Sociales
La consejera de Derechos Sociales e Inclusión, Mònica Martínez Bravo, nos ha visitado hoy para conocer de primera mano los programas de acogida y mentoría social que desarrollamos con el apoyo del Departamento.
Durante la visita, la consejera y la directora general de Servicios Sociales e Inclusión, Anna Vila i Rull, han conocido el proyecto Acull a través de nuestro voluntariado y juventud. Esta iniciativa, que pusimos en marcha en 2002, implica a jóvenes migrados sin referentes familiares en el territorio, que cumplen 18 años y a los que se les ofrece una estancia de 9 meses en un entorno familiar acogedor y con apoyo educativo.
Somos la primera entidad en Cataluña en tener un programa específico para acoger a jóvenes migrados solos mayores de edad y la consejera ha querido conocer la experiencia en este encuentro con familias y uno de los jóvenes acogidos. “Por primera vez una consejería ha visitado Punt de Referència. Es necesario que la administración sea una aliada más de las entidades del Tercer Sector”, destaca el participante del proyecto y miembro de la junta de Punt de Referència, Joaquim Corbera. En este sentido, Punt de Referència ha reivindicado la importancia de crear un plan de emancipación juvenil, simplificar los procesos burocráticos y administrativos, potenciar la inclusión y aumentar las coberturas para mejorar el acompañamiento de la juventud. “Nos encontramos con casos en los que si un joven entra en España con 18 años y un mes queda totalmente excluido del sistema. En cambio, si entra un mes antes de la mayoría de edad el sistema lo acoge. En la práctica, estos dos jóvenes están en la misma situación de vulnerabilidad”, denuncia Corbera. En este contexto, también hemos reivindicado el trabajo de coordinación interdepartamental para que la juventud en situación de vulnerabilidad tenga reserva de plazas de vivienda protegida, como otros colectivos, para evitar que se conviertan en personas sin hogar.
Entre los beneficios del programa, los propios participantes destacan el calor emocional y la posibilidad de una vivencia cotidiana normalizada, transformadora para los jóvenes en proceso de emancipación. “Con el programa Acull he encontrado a alguien con quien hablar sobre lo que me preocupa. Alguien que me escucha y a quien puedo acudir cuando necesito consejo”, destaca el joven participante del proyecto. Por otra parte, también se valora la mejora significativa en las lenguas del país, que amplía las oportunidades de inserción laboral, formación y participación comunitaria. “Al principio parece que solo son los acogedores quienes ofrecen algo a cambio. Al cabo de los meses te das cuenta de que la juventud te ha aportado igual o más apoyo que tú”, subraya Corbera sobre su experiencia como acogedor.
Casi 70 jóvenes se han beneficiado del programa Acull. Un 70% de los participantes mantienen el vínculo emocional y social más allá de los nueve meses de acogida.