Trabajando con la vulnerabilidad
Hoy dedicamos este artículo a explicar una de las caras del trabajo del equipo de educadoras: qué significa acompañar cada día a personas jóvenes que llegan a la entidad con mochilas tan diversas, pero que a menudo tienen en común unos itinerarios de vida complejos y duros y un futuro inmediato poco prometedor. Las formaciones diversas del equipo profesional, su vocación para acompañar estos itinerarios y los aprendizajes que el propio trabajo conlleva, les permiten arribar a sostener los diferentes procesos de emancipación de los chicos y chicas. Aún y así, para garantizar que lo puedan hacer a lo largo del tiempo y dando lo mejor de ellas mismas, es necesario tener cura de ellas: disponer de espacios para compartir dudas y preocupaciones sobre casos de jóvenes con el resto de profesionales, atender a la propia vulnerabilidad de cada educadora y tener cura de su salud mental. Así es como lo hacemos:
Aprendiendo a acompañar
Es enorme la riqueza que aporta acompañar a tantos casos humanos cómo jóvenes atendemos cada día. El reto de tener las herramientas para atender cada singularidad también es grande, por eso el equipo de educadores dedica unas horas a lo largo del año en formarse en ámbitos que complementan y ensanchan las posibilidades de atención a jóvenes.
Una de las demandas del equipo era aprender a atender casos de jóvenes con problemas relacionados con la salud mental, casos que desafortunadamente el confinamiento y la crisis del coronavirus han acentuado y que hay que atender. Por eso, el mes de febrero hemos realizado una cápsula formativa de 3 horas en acompañamiento a personas con dificultades relacionadas con la salud mental, impartida por el equipo del SATMI, el Programa de atención a la salud mental de la población inmigrada del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.
El cuidado del equipo profesional, clave para poder continuar acompañando
El acompañamiento directo a jóvenes es la esencia del trabajo de la educadora y puede resultar en una sola jornada una tarea muy gratificante, intensa, tierna, activista y desgastante.
Para poder asumir cada día estas emociones, en Punt de Referència contamos, una vez al mes, con una sesión de supervisión, en la cual una profesional de Fil a l’Agulla reúne todo el equipo y da herramientas para hacer frente a los principales malestares y retos que el equipo lleva a debate. En este espacio también se atienden temas relacionados con el propio funcionamiento del equipo profesional.
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?