Construir un futuro desde la cotidianidad
En los pisos Trampolí, Fent Camí i Horitzó, que forman el proyecto de pisos asistidos, viven 12 jóvenes. Están ubicados en los barrios de Sants y Esquerra del Eixample, de Barcelona, y en el barrio de Sant Josep de l’Hospitalet de Llobregat. El acompañamiento de una educadora y el trabajo desde la cotidianidad con los jóvenes crea un vínculo que permite mejorar sus recursos personales y sus oportunidades de futuro. Porque desde Punt de Referència apostamos por construir desde el vínculo para fomentar una vida más autónoma antes de su plena emancipación.
Os presentamos 4 imágenes cotidianas de los pisos para que conozcáis como trabajamos el acompañamiento emocional, la promoción de la autonomía, el empoderamiento y el fortalecimiento de las relaciones personales y comunitarias de los chicos y chicas extutelados.
1. ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL
Disponer de un piso asistido, no solo significa vivir en un espacio estable y acogedor, sobre todo quiere decir estar y sentirse acompañado. Equivale a tener tiempo para la escucha activa y para compartir. Quiere decir disponer de un espacio íntimo y confiable que un despacho no ofrece. Un hogar facilita establecer vínculos. Y de pasada, el acompañamiento emocional propicia el desarrollo de habilidades emocionales y una buena autoestima, aspectos que contribuyen a una buena salud mental de la juventud.
2. PROMOCIÓN DE LA AUTONOMÍA
Ninguna persona nace autónoma y menos si ha vivido parte de la infancia y de la adolescencia sin el acompañamiento en el día a día de la familia; la autonomía se aprende progresivamente y se desarrolla con el tiempo. En los pisos asistidos aprender a cocinar, organizarse con la compra de la comida, gestionar el dinero, tener cuidado del hogar, planificar y repartir las tareas de limpieza, ordenar los espacios, aprender a reciclar… y otras muchas tareas de la vida cotidiana forman parte del día a día y del camino hacia la autonomía.
3. EMPODERAMIENTO
Adquirir confianza y seguridad quiere decir tener el carácter y determinación para resolver tareas que llevamos a cabo habitualmente. Implica superar las dificultades que se pueden presentar y aceptar y tolerar las frustraciones que se pueden derivar. En los pisos asistidos trabajamos esta competencia gracias al Plan de Trabajo Individual (PTI) que realizamos para cada chico o chica y, sobre todo, promoviendo la responsabilidad para tirar adelante con las decisiones que toman, a pesar de las dificultades que, a menudo, surgen en el camino.
4. FORTALECIMIENTO DE LAS RELACIONES PERSONALES Y COMUNITARIAS
Tener habilidades sociales es esencial para la vida de las personas. En los pisos asistidos se llevan a cabo dinámicas grupales e individuales (Asambleas y encuentros 1 a 1) que permiten aprender a convivir con otros jóvenes, tomar decisiones desde el consenso, acordar las normas de convivencia y, en definitiva, favorecer el crecimiento personal y promover las relaciones dentro del ámbito comunitario. A la vez impulsamos la integración de los y las jóvenes en espacios educativos, laborales y comunitarios. Sin olvidar fomentar un ocio creativo.
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