OPINIÓN | La mentoría social: una herramienta de éxito contra el abandono escolar

Garantizar una educación de calidad significa: considerar otras formas de apoyo educativo más allá de los centros educativos y tener en cuenta los procesos emocionales de los jóvenes

 

 

 

Mónica Arús

Gestora cultural e instructora de Mindfulness y Yoga. Con una larga experiencia en el sector cultural como gerente de organizaciones e instituciones públicas y privadas. En el ámbito social, lleva más de 20 años vinculada a la Asociación Punt de Referència.

 

 

Este 2024, en Cataluña, 168.982 jóvenes cursan bachillerato o un ciclo de formación profesional de grado medio, pero ¿cuántos de ellos saldrán adelante con éxito? Durante el 2023, el 16% de la juventud catalana de 18 a 24 años no tenía ninguna titulación más allá de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y declaraba que no estaba estudiando. El fracaso escolar va más allá de la falta de motivación por los estudios; el rendimiento económico, el nivel educativo de los padres, el entorno familiar y la situación económica son factores predictores del fracaso escolar.

¿Qué sucede con los jóvenes que no tienen una red de apoyo que los anime a continuar estudiando y los ayude en su día a día? En el caso de la juventud tutelada, las estadísticas indican que el abandono escolar es tres veces mayor en comparación con la población no tutelada. ¿Qué futuro les espera a aquellos que no pueden contar con ayuda para hacer los deberes, entender los conceptos que se estudian, recursos para libros o apoyo frente a nuevos desafíos culturales y lingüísticos?

La familia es uno de los principales elementos desde donde parte la desigualdad; la experiencia transmitida por los padres y familiares, sumada a la clase económica, generan un punto de partida diferente para cada alumno. La falta de referentes va más allá de la familia; la juventud tutelada y extutelada también tiene dificultades para integrarse en la comunidad y crear una red de apoyo sólida que los pueda respaldar.

En este contexto, la mentoría social es un impulso para que esta juventud continúe estudiando, ya que promueve el efecto Pigmalión. Los jóvenes mejoran positivamente su autoimagen gracias al acompañamiento de las personas voluntarias, lo que genera mejores procesos educativos. Todos necesitamos alguien en quien confiar cuando sentimos inseguridad frente a un desafío.

Desde Punt de Referència, impulsamos el proyecto Atenea desde el 2016, que además de ser un proyecto de acompañamiento educativo basado en la mentoría social, también mejora competencias transversales tan importantes como la comunicación, la perseverancia, la conciencia emocional, la autonomía y la iniciativa.

Durante el 2022, estas fueron las estadísticas del proyecto Atenea; los números hablan por sí mismos: el 85% de la juventud tutelada y extutelada que ha recibido acompañamiento y refuerzo educativo por parte de una persona voluntaria se plantea continuar estudiando; el 95% afirma que, gracias a la mentoría, ha mantenido la motivación por los estudios; el 100% afirma que ha aprendido a obtener mejores calificaciones en los trabajos y exámenes.

Durante el 2020, el Área de Apoyo a los Jóvenes Tutelados y Extutelados atendió a más de 4.000 jóvenes. Como sociedad, tenemos el deber de garantizar que estos 4.000 jóvenes puedan acceder a una educación postobligatoria, ya que la educación es un deber, pero sobre todo un derecho. La juventud tutelada y extutelada debe tener claro que tiene oportunidades y capacidades para lograr lo que se propongan, pero también necesitan saber que hay alguien a su lado para acompañarlos.

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