Tengo una buena noticia
«Ya tengo lo que quería: un trabajo y una casa para descansar y mantenerme de pie. Espero algún día de fiesta subir a pasar un día en Barcelona«. Hace dos semanas un joven escribía estas palabras a Núria, la educadora que lo acompañó en el su paso por el proyecto Referentes dos años atrás.
Las buenas noticias como esta no tienen precio. Cuando los y las jóvenes nos vienen a contar sus éxitos, en Punt estamos de celebración. Poder acompañarlos desde el voluntariado o desde un rol profesional nos permite ponernos en su piel y nos enseña que (teniendo en cuenta también la mochila de experiencias vividas por cada un/a de ellos/es) tanto las pequeñas como las grandes alegrías suman en la construcción del futuro de los y las jóvenes. Con una edad que ronda los 18 años su estado de ánimo depende demasiadas veces de las oportunidades que se les dan para conseguir iniciarse en la vida adulta con garantías de poder establecerse en una ciudad, encontrar un puesto de trabajo, una vivienda y una estabilidad emocional.
En este artículo compartimos todo lo que hay detrás de estas buenas noticias.
Mucho más que conseguir un pasaporte
Hace dos semanas recibíamos una visita de un joven emocionado y eufórico porque después de 6 años de esfuerzo ha conseguido obtener el pasaporte. Para él el proceso ha significado mucho más que tener la opción de viajar, ha comportado reencontrar su familia de quienes no tenía noticias desde que les tocó vivir un desastre natural.
Objetivo: el contrato laboral de un año.
Pera los jóvenes de origen migrante poder conseguir los permisos de residencia y de trabajo pasan por tener que firmar una oferta de trabajo de un año de duración. Un reto difícil de conseguir y que compartimos con nuestros jóvenes. Esta semana estamos contentas, un joven que vive en los pisos asistidos ha conseguido una oferta a mediante la red de personas que han ido consolidando a su alrededor. Todo un éxito que le permitirá establecerse por lo menos durante un año!
Aprobar un examen
Una chica del proyecte Acoge cada vez que aprueba un examen escribe un mensaje a su educadora de referencia. Su sueño es ser odontóloga, tener una profesión reconocida e ingresos suficientes para mandar a su familia, que vive una complicada situación por el contexto de guerra de su país. El éxito en los estudios es una de les alegrías compartidas por muchos jóvenes, ya que es una rama clave para la construcción de su futuro formativo y laboral.
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