Si comienzas una relación, que sea sana
Berta Roig, responsable de comunicación de Punt de Referència
¿Cuántos tiempos te ha costado aprender que se necesitan años para conocer en profundidad a una persona? ¿Cuántas vivencias has tenido que compartir antes de confiar plenamente en alguien? ¿Y cómo has aprendido que, a veces, con buenas intenciones no es suficiente para cuidar los vínculos? Yo, a los 32 años empiezo a entender que los vínculos se generan, se intensifican o se moldean pero si no se cuidan, quedan por el recuerdo.
Las relaciones de mentoría (aquellas que se establecen entre una persona con rol de voluntaria y una persona que busca ser acompañada) no escapan de todas estas inclemencias. No es fácil empezar una relación y mucho menos que ésta sea positiva, sana y duradera. Por este motivo en Punt de Referència hacemos apoyo profesional durante meses a todas las parejas de mentoría que generamos en los proyectos de acompañamiento a los jóvenes tutelados y extutelados.
En Punt de Referència sabemos que la clave para una buena relación pasa por dedicar tiempo tanto a la persona mentora como a la mentorada. Este tiempo nos permite conocernos mediante entrevistas individuales donde sabemos qué espera todo el que participa de la relación que iniciarán, validar su participación y valorar los aspectos que les hacen más afines a ser emparejados con una persona u otra. En el caso de las personas que se presentan voluntarias para acompañar a los jóvenes, dedicamos una formación de diez horas en la que resolvemos sus dudas y expectativas como futuros mentores y mentoras pero también ubicamos los límites que desde la entidad les marcamos. Porque no todo vale en una relación de mentoría. Una vez iniciada la relación las profesionales continuamos presentes: la mentora nos hace un retorno de cada encuentro con el/la joven, pero también nos encontramos en tutorías a tres bandas (con la mentora y la persona joven a la vez) y finalmente dedicamos un encuentro mensual a todas las mentoras del grupo para que compartan con el resto sus vivencias. Por último, cuando finaliza la participación en el proyecto cuidamos las relaciones haciendo un cierre que a su vez es un inicio: la pareja que ya ha hecho crecer su vínculo volará sin el seguimiento intensivo profesional detrás.
«Saber que siempre puedes acudir a la profesional y que puedes preguntar si tienes cualquier duda, a mí me sirve de mucho, te sientes apoyada siempre.” Carol, mentora del Mounir
“El espacio mensual con el resto de voluntarios para mí es básico. Es un espacio que nos ayuda a todas y todos a compartir alegrías y penas, que a veces están”. Toni, mentor d’en Houssain
Este cuidado del vínculo y la coordinación a tres bandas juventud – mentora – equipo profesional es clave para que las relaciones sean positivas y de calidad para todos y para conseguir que los referentes de los jóvenes signifiquen un apoyo real por su trayectoria y sus posibilidades de emancipación.
Así pues, si te planteas empezar una relación de mentoría, asegúrate de que sea sana dejándote acompañar por Punt de Referència.
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