Hacerse socio de Punt de Referència es una manera de aportar tu granito de arena para generar cambios sociales

Emma Armengod Martínez tiene 47 años y es bibliotecaria, actualmente directora de la Biblioteca Trinitat Vella – J. Barbero de Barcelona. Ha sido voluntaria en el proyecto Referents de Punt de Referència.

¿Qué es Punt de Referència para ti?

Punt de Referència es más que un proyecto concreto; es un espacio seguro que me ha permitido acercarme a la realidad de muchos jóvenes y sentirme acompañada.

¿Cómo conociste la entidad?

Conocí Punt de Referència por recomendación de gente cercana y después por seguir a la entidad en redes sociales. También vi una exposición del proyecto y decidí que quería saber más.

¿Qué te ha aportado vincularte a Punt de Referència?

Desde hacía mucho tiempo tenía ganas de participar, pero siempre decía que “nunca era el momento”. Por suerte dejé de posponerlo y me decidí por la formación. También tenía muchas ganas de romper con los estigmas en torno a la juventud migrante.

¿A través de qué proyecto has estado vinculada a la entidad?

Me vinculé a través del proyecto Referents, que busca establecer un vínculo entre la persona voluntaria y el joven para acompañarlo en su proceso de emancipación. Durante unos nueve meses, y en mi caso, como el joven también estaba vinculado al Proyecto Atenea (dirigido a jóvenes que están estudiando), pude ayudarle con sus estudios y también acompañarlo a conocer la ciudad y vincularlo a los servicios y proyectos que podían irle bien.

Tras la finalización del proyecto seguimos hablando y viéndonos, pero de otra manera, quizá mucho más efectiva, porque ya formamos parte de la vida el uno del otro.

¿Cómo ha sido la experiencia para ti?

¡Magnífica! Mucho mejor de lo que esperaba. En algunas ocasiones un poco dura por la realidad de la juventud, pero ha sido una experiencia muy enriquecedora. El joven al que acompañé, Ebrima, me ha enseñado muchísimas cosas y me ha cambiado la perspectiva que tenía sobre otras. Ha sido un acompañamiento muy bonito y tranquilo. En algunos momentos, vernos nos ha ayudado a ambos. Ver el empuje que tiene para salir adelante, a pesar de las dificultades, y conocer de cerca esas dificultades, creo que me ha aportado mucho. De hecho, después de la finalización del proyecto seguimos hablando y viéndonos, pero de otra manera, quizá mucho más efectiva, porque ya formamos parte de la vida el uno del otro.

¿Recomendarías a otras personas que se vincularan a Punt de Referència?

Para mí, la experiencia es 100 % recomendable. Diría a las personas que no se lo pensaran, que a menudo todas las ideas preconcebidas que tenemos son erróneas y que conocer a estos jóvenes de cerca vale mucho la pena. Yo hablo de este proyecto con mucha ilusión y esperanza.

Nos encontramos en un contexto de auge de la extrema derecha y de los discursos de odio hacia colectivos en situación de vulnerabilidad, como por ejemplo la juventud migrante. ¿Cuál crees que debe ser el papel de la sociedad civil en este marco?

Es terrible que estos discursos siempre se centren en determinados colectivos. La sociedad civil tiene el deber de hablar desde el conocimiento, no desde la desinformación y las mentiras que circulan por las redes. Vivimos un momento en el que la desinformación está a la orden del día y la gente se lo cree todo sin contrastar. Esto ayuda a la extrema derecha, que se aprovecha y crea discursos de odio donde parece que todo vale. Me da mucho miedo esta deriva.

Estamos impulsando una campaña para sumar nuevas personas socias a Punt de Referència. ¿Por qué es importante que la gente se haga socia de la entidad?

Es importante participar en proyectos en los que se pueda dar voz a la sociedad y que las personas hablen desde un punto de vista razonado. Por eso, hacerse socio de una entidad como Punt de Referència es importante para poder hablar con fundamento y aportar tu granito de arena para generar cambios sociales.

Formar parte de este proyecto es un aprendizaje personal y social. Es de las mejores experiencias que he vivido.

¿Qué te gustaría decir como aprendizaje o lección para cerrar esta entrevista?

No soy muy de dar lecciones; solo puedo decir que formar parte de este proyecto es un aprendizaje personal y social. Es de las mejores experiencias que he vivido. Quiero dar las gracias a las personas que forman parte de Punt de Referència por su ayuda y su acompañamiento, porque han hecho que este camino haya sido mucho más fácil.

«Ser socio de Punt de Referència es una forma sencilla de colaborar con la comunidad y ayudar a que el mundo sea un poco mejor»

Carles Barba Boada tiene 69 años y es socio de Punt de Referència desde 2020. Después de vincularse a la entidad como voluntario en el programa Referents, decidió seguir colaborando con Punt de Referència dando apoyo económico para garantizar el cumplimiento de los derechos de los jóvenes en situación de vulnerabilidad en el proceso de la emancipación.

¿Qué es Punt de Referència para ti?

Una entidad que realiza una gran y necesaria tarea de acompañamiento a los jóvenes que no tienen a su familia a su lado ni disponen de una red relacional en su camino hacia una vida autónoma.

¿Cómo conociste la entidad?

Son un referente en el tercer sector por su labor de mentoría.

¿Qué te ha aportado vincularte a Punt de Referència?

Este vínculo me ha permitido conocer de cerca la realidad de los jóvenes extutelados y poder colaborar en su acompañamiento hacia la vida adulta y su inclusión en Cataluña.

¿A través de qué programa has estado vinculado a la entidad?

He participado en el programa Referents, que consiste en establecer un vínculo y acompañar a un joven que estaba tutelado y que, al llegar a la mayoría de edad, se convirtió en extutelado. Se llama Ismail y su origen es marroquí. Ahora ya hace seis años que está en Cataluña y actualmente tiene un trabajo estable, permiso de residencia, comparte vivienda con otros compañeros y vive sin apoyo institucional. También participé un curso en el programa Atenea dando apoyo escolar a chicos y chicas que estaban estudiando ciclos formativos.

¿Cómo ha sido la experiencia para ti?

Una experiencia única y muy especial. He podido conocer a jóvenes provenientes de otro contexto y cultura y poder echarles una mano.

¿Recomendarías a otras personas que se vincularan a Punt de Referència?

Recomiendo vincularse a la entidad a cualquier persona que piense que vale la pena ayudar a jóvenes que no tienen apoyo familiar y que viven en un contexto muy diferente del que provienen. Además, Punt de Referència tiene una larga trayectoria y realiza una labor bien hecha y eficaz.

Lo imprescindible para acoger adecuadamente a los jóvenes que han venido de fuera es una opinión pública favorable y la acción de la sociedad civil organizada.

Nos encontramos en un contexto de auge de la extrema derecha y de discursos de odio hacia colectivos en situación vulnerable, como por ejemplo el colectivo de juventud migrante. ¿Cuál consideras que debe ser el papel de la sociedad civil en este contexto?

Hay partidos políticos y medios de comunicación que utilizan el miedo y el sentimiento de pérdida para buscar culpables externos, a menudo entre los más vulnerables. El apoyo de las instituciones públicas es necesario, pero lo imprescindible para acoger adecuadamente a los jóvenes que han venido de fuera es una opinión pública favorable y la acción de la sociedad civil organizada. Esto es responsabilidad de todos. Se trata de contrarrestar la deshumanización de quienes proponen tratar a estos jóvenes como si fueran seres peligrosos, creando espacios de proximidad y conocimiento mutuo. También de ofrecer apoyo material, relacional y formativo para que puedan vivir con dignidad y sean incluidos en la sociedad. La administración pública puede y debe dar apoyo material, pero lo que aportan las entidades y las personas que colaboran en ellas es el alma de los procesos de acogida.

Estamos impulsando una campaña para sumar nuevas personas socias a Punt de Referència. ¿Por qué es importante que las personas se hagan socias de la entidad?

Las ONG y las entidades no caen del cielo. Que existan asociaciones como Punt de Referència depende de que haya personas que las hagan posibles: voluntarios, profesionales y socios. Hacerse socio es una manera de apoyar el proyecto y la causa que lo justifica. También es la garantía de su sostenibilidad e independencia. Cuanta más base social tenga una entidad y más ingresos propios, más sólida será su labor. Punt de Referència es una entidad reconocida por la administración y por muchos medios de comunicación. Es capaz de incorporar mucho voluntariado, pero necesita más socios: ciudadanos que se comprometan a aportar su grano de arena y así hacer crecer la entidad y dotarla de más fuerza.

¿Qué consideras importante que la gente sepa en el proceso de hacerse socio?

Ser socio es una forma sencilla de colaborar con la comunidad y contribuir a que el mundo vaya mejor. Y además, hay algo que se conoce poco, y es que con las desgravaciones fiscales que tiene la entidad, al final la afectación económica de hacerse socio en el presupuesto personal y familiar es mínima.

No quiero dejar de trabajar para que la sociedad sea más justa, equitativa e integradora

Ethel Sequeira Aymar tiene 53 años y es médica de familia y comunitaria. Conversamos con ella sobre su experiencia como mentora de un joven de Punt de Referència.

¿Qué es Punt de Referència para ti?

Es la entidad que me ha permitido reencontrarme con el activismo social en el ámbito de la mentoría y hacerlo de una manera ordenada, acompañada y formada. Punt de Referència es responsable de que haya recuperado, de alguna manera, la fe en la humanidad en unos tiempos en los que es difícil hacerlo.

¿Cómo conociste la entidad?

Mi hermano trabaja en una fundación del tercer sector. Le pedí que quería hacer mentoría social y que, conociendo el sector, me recomendara dónde dirigirme. Me aconsejó acercarme a Punt de Referència.

¿Qué te ha aportado vincularte a Punt de Referència?

Lo primero que me ha aportado ha sido formación. El voluntarismo y la buena intención no son suficientes para realizar una mentoría social. También me ha aportado un grupo de personas diversas con las mismas inquietudes que yo y con las que comparto esta experiencia de manera acompañada. Me ha proporcionado profesionales que me hacen sentir su acompañamiento experto, cercano y siempre disponible de una forma muy especial.

¿A través de qué proyecto/programa has estado vinculada a Punt de Referència? Cuéntame un poco en qué consiste esta iniciativa.

Me he vinculado al proyecto Referents de los programas de mentoría social. Primero se realiza una reunión informativa donde se lleva a cabo un proceso de selección con la información incluida. Una vez terminados la selección y la formación, se asigna a la persona joven a la mentora junto con la profesional que hará el seguimiento de la etapa de mentoría. La relación de mentoría dura unos nueve meses, durante los cuales se realiza un encuentro semanal con la persona joven y una reunión mensual con el grupo de personas mentoras. Durante todo el período, la técnica acompaña tanto a la juventud como a las personas mentoras. El objetivo es ofrecer a la persona joven la figura de un adulto que sea un referente en su día a día.

Estoy aprendiendo a ver el mundo con una mirada más paciente, menos crítica, más integradora. Descubriendo valores nuevos y redescubriendo otros que tenía un poco aparcados. Estoy valorando una sociedad con muchos más matices y redefiniendo el concepto de justicia social.

¿Cómo ha sido la experiencia para ti?

Actualmente, continúo como voluntaria de Punt de Referència. Me gustó muchísimo la formación porque me hizo pensar mucho y pude compartir pensamientos, experiencias y reflexiones con los compañeros y las técnicas. La mentoría me está resultando apasionante: es como hacer un máster de “vida” acelerado. Estoy aprendiendo a ver el mundo con una mirada más paciente, menos crítica, más integradora. Estoy descubriendo valores nuevos y redescubriendo otros que tenía un poco aparcados. Estoy valorando una sociedad con muchos más matices, redefiniendo el concepto de justicia social y, por eso, estoy muy contenta de poder hacer este camino con otras personas con quienes puedo compartir vivencias. Y lo más importante es que soy feliz de estar descubriendo a un joven que me está enseñando mucho y con quien estamos construyendo un vínculo muy especial.

¿Recomendarías a otras personas que se vincularan a Punt de Referència?

Siempre lo recomiendo y lo seguiré recomendando. Creo que nuestra sociedad actual tiene muchas carencias y es importante poder dar un paso adelante y construirla desde otros puntos de vista alejados de los discursos malintencionados. Poder generar oportunidades de conocimiento y vínculo de una forma tan cuidada y seria me parece que vale mucho la pena. Soy tutora de residentes de medicina desde hace muchos años y siempre lo he vivido como una mentoría: no solo compartes conocimiento, sino muchas otras cosas. El proyecto Referents de Punt es elevar esta experiencia previa, mía a la escuela de la vida.

Ante la extrema derecha, las personas debemos posicionarnos, destapar las informaciones falsas, romper el miedo que quieren instaurar y defender la verdad que conocemos de primera mano sobre la juventud migrante.

Nos encontramos en un contexto de auge de la extrema derecha y de discursos de odio hacia colectivos en situación de vulnerabilidad, como por ejemplo el colectivo de la juventud migrante. ¿Cuál consideras que debe ser el papel de la sociedad civil en este contexto?

La sociedad civil debemos ser implacables. No podemos tolerar estos discursos sin ningún dato que los acompañe o los respalde. Las personas debemos posicionarnos, destapar las informaciones falsas, romper el miedo que quieren instaurar y defender la verdad que conocemos de primera mano sobre la juventud migrante: sus dificultades, sus virtudes, su resiliencia y la mirada real que se merecen. No podemos permanecer expectantes, debemos actuar, explicar lo que sabemos y exigir verdades.

Estamos impulsando una campaña para sumar nuevas personas socias a Punt de Referència. ¿Por qué es importante que la gente se haga socia de la entidad?

El voluntarismo y la buena voluntad no son suficientes ante la realidad que nos encontramos. Se necesitan recursos y personas para seguir construyendo.

¿Qué te gustaría decir como aprendizaje o lección para cerrar esta entrevista?

Soy hija y mujer de migrantes. Siempre he vivido desde el privilegio de mi posición social, de mi educación, de mi profesión y de mi entorno, pero no quiero dejar de trabajar para que la sociedad sea más justa, equitativa e integradora. Punt de Referència me ha dado la oportunidad de hacerlo y me siento muy agradecida, y creo que ahora debo contribuir a difundir su acción y su manera de hacer. Somos muchas las personas que creemos que el mundo puede ser diferente y debemos encontrarnos y hacernos fuertes para conseguirlo.

Acoger a jóvenes me ha aportado una comprensión más profunda y amplia de la vida humana: entender a las personas

Isidre Carbonell es uno de los voluntarios fundadores de Punt de Referència y lleva casi 30 años vinculado a la misión de la entidad: acompañar a jóvenes sin red de apoyo en su proceso de emancipación para construir una sociedad más justa y equitativa. En esta entrevista hablamos de sus primeros vínculos con Punt de Referència, de las dificultades y retos de los jóvenes tutelados y extutelados, y de la importancia de las figuras de referencia en la vida de las personas.

¿Cómo te vinculaste con Punt de Referència?

Hace 30 años, estaba de vacaciones durante la Semana Santa y escuché en la radio al periodista Antoni Bassas entrevistando a una chica extutelada. En la conversación, ella explicaba su experiencia y la de sus compañeros, y remarcaba la necesidad de que estos jóvenes tuvieran un adulto que fuera una figura de referencia para afrontar la vida. Esa idea me pareció totalmente acertada. Por eso, apunté el número que la joven le dejó a Bassas. Una semana después la llamé, nos vimos, y en ese momento le dije que no podía ofrecerle un apoyo continuado, pero que podía contar conmigo puntualmente. Estos encuentros se basaban en darle mi opinión sobre cuestiones que ella me preguntaba.

¿Cómo recuerdas la etapa de arranque?

Recuerdo las ganas que pusimos los pocos que estábamos en ese momento para sacar adelante el proyecto. Había una convocatoria de La Caixa cuyo plazo acababa en dos días, y la directora de entonces se quedó hasta muy tarde haciendo papeles para poder presentarnos. Sobre todo recuerdo esas ganas, y lo demás fue surgiendo.

¿Cuál es la situación actual de los jóvenes? ¿Ha cambiado mucho respecto a cuando comenzó Punt de Referència?

Cuando empezamos, no había un número significativo de jóvenes migrantes tutelados o extutelados. La mayoría de los jóvenes tutelados lo eran por desamparo dentro de familias autóctonas: los padres no eran referentes válidos como adultos o no cuidaban de ellos, así que se los tutelaba.
Actualmente, estos casos siguen existiendo, pero se suman los jóvenes que llegan solos al territorio español y que aquí no tienen familia, por lo que también se los tutela.
Ahora están mezclados y hay un porcentaje más elevado de los que han migrado, en edad adolescente o más. En este sentido, la problemática de ambos perfiles es distinta y deben tratarse de forma diferenciada.

¿Cuáles son las principales diferencias?

A primera vista puede parecer mucho más complicado el trato con jóvenes migrantes, pero a veces los tutelados que han nacido aquí tienen dificultades invisibles y heridas emocionales profundas.
Hay un libro de una joven de origen ruso, adoptada por una mujer en Madrid, que explica su historia: cómo su madre biológica la abandonó en un orfanato de Rusia, y cómo, aunque ella sepa racionalmente que su madre adoptiva la quiere, vive siempre con ese miedo e inseguridad que proviene del abandono inicial.

La vida demuestra que, desde el primer momento, necesitamos ese vínculo con alguien mayor. Necesitamos socializar, tenemos un cerebro emocional, y cuando no lo tenemos, vamos cojos.

¿Por qué, desde el inicio, reivindicáis la importancia de la mentoría social como herramienta de acompañamiento?

Lo que tuvimos claro desde el principio era la necesidad de que los jóvenes tuvieran un referente, una figura en la que mirarse.
La vida demuestra que desde que nacemos necesitamos ese vínculo con alguien mayor: al principio para que nos alimente, después para caminar, etc. Necesitamos socializar, tenemos un cerebro emocional, y sin eso, vamos cojos.
La mentoría social podría haber tenido otro nombre. Lo importante, y lo sigue siendo, es cubrir esa necesidad de tener un referente. Esa figura ayuda a superar las dificultades de la vida. No porque exista una fórmula mágica, sino por el hecho de tener a alguien ahí, alguien que está a tu lado de forma incondicional. El simple hecho de hablar ya es una ayuda. Lo importante es la persona, no la etiqueta que tenga: sea maestro, tío o cualquier otra figura, lo que importa es lo que aporta al joven.

¿Crees que los derechos de los jóvenes tutelados y extutelados han mejorado desde la fundación de la entidad hasta hoy?

En el ámbito nominal diría que sí, pero en el emocional tengo dudas. Con “nominal” me refiero a que se habla más del tema y la causa es más visible. Antes, pegar a un niño no se veía como se ve ahora.

Me preocupa la distancia que hay entre quienes toman las decisiones y la vida real de estos menores.

En el ámbito social se conoce más esta problemática… Pero ¿qué papel crees que juegan las administraciones?

Lo que me preocupa del papel de las administraciones es la distancia que hay entre quienes toman las decisiones y la vida real de estos adolescentes. A menudo, la persona que decide internar a un menor en un centro no lo ha visto nunca. Primero, estos dirigentes deberían hacerse una idea de cómo es la realidad y después decidir. No soy muy optimista, porque veo que esa distancia es cada vez mayor.

¿Por qué crees que esa distancia está aumentando?

No sé el “por qué” con mayúsculas, pero el “por qué” con minúsculas tiene que ver con el tipo de vida que estamos creando, cada vez más capitalista, donde recortamos en costes y también en esfuerzo.
Tomar decisiones rápidas implica implicar a menos personas en el proceso. Derivar sin conocer a la persona también tiene que ver con ese modelo de sociedad que estamos creando.

A lo largo de los años has acompañado a jóvenes de distintas maneras. Una de ellas ha sido abrir tu hogar para convivir y ofrecer un espacio seguro. ¿Qué le dirías a alguien que se está planteando acoger?

Le diría que lo haga, porque es una buena forma de conocer y abrir la mente. Siempre con formación previa, conocimiento del tema y acompañamiento técnico. Estos jóvenes tienen muchas heridas y, a veces, pueden hacer algo que no entenderás. Tal vez pienses que has hecho algo mal, o que están enfadados contigo, y no es eso, sino que es fruto de su biografía. Por lo tanto, hay que tener paciencia para ayudarles.

¿Qué te ha aportado acoger?

Una comprensión más profunda y amplia de la vida humana: entender a las personas. Experimentar conexiones profundas que me han enriquecido mucho. Me ha aportado no ser simplista al mirar a las personas.

¿Qué crees que necesita la juventud para poder construir su futuro?

Tener cubiertas las necesidades básicas, como un lugar donde vivir. Un referente que los motive y les ayude a ver que son capaces de lograr cosas. Los jóvenes necesitan a alguien que confíe en ellos. También, una red de relaciones sociales que les haga sentir parte de un todo. Actualmente, los jóvenes tienden a tener relaciones entre ellos absolutamente superficiales y de carácter festivo, y necesitan vínculos de más calidad y profundidad.


Los retos del joven tutelado en la emancipación son los mismos que los de cualquier joven, pero con más dificultades y menos oportunidades. Todo es más complicado.

¿Cuáles crees que son los principales retos y/o dificultades que enfrenta el joven extutelado en su emancipación?

Los mismos que cualquier joven, pero con más dificultades y menos oportunidades. Todo es más complicado. El joven extutelado arrastra angustias, miedos y resentimientos profundos. La situación económica de un joven no tutelado también es complicada: no pueden independizarse, pero suelen tener más red y apoyo de su entorno.

¿Qué lección destacarías de todos estos años vinculado a Punt de Referència?

Me quedo con la motivación de las personas que trabajan en la entidad, tanto las educadoras de los pisos como las de mentoría. Esa motivación la saben transmitir muy bien en las formaciones. Por otro lado, en mi vida profesional he sido educador, y todo lo que iba aprendiendo en Punt de Referència me complementaba y enriquecía: analizando a los jóvenes, hablando con familias, con los equipos educativos…

¿Qué te llevas a nivel personal de esta trayectoria como voluntario?

Colaborar y contribuir en un proyecto que vale la pena. Ayudar a buscar luz en situaciones complicadas.

¿Qué te gustaría decir para cerrar la entrevista?

Todos podemos ser importantes para los demás. Por lo tanto, se trata de encontrar a las personas y los espacios donde cada uno pueda aportar. Hay mucho trabajo por hacer. La vida es complicada y, al mismo tiempo, preciosa y apasionante. Todo lo que ayude a que las personas puedan ver esto, vale la pena.

 

“Participar en Atenea me ha ayudado a decidir qué estudios hacer y mi mentora me ha ayudado a visualizarme en el futuro”

La Angélica es una joven de 18 años que ha participado en el proyecto Atenea de Punt de Referència. Un programa que trabaja las competencias educativas de los jóvenes a través de la mentoría, para potenciar su trayectoria formativa. Actualmente, solo entre el 1-4% de los jóvenes extutelados entra en la universidad, y este porcentaje disminuye todavía más en el caso de las mujeres, por eso, durante los últimos años desde la entidad velamos que el 20% de las jóvenes del proyecto Atenea sean mujeres. En este marco, la directora de Punt de Referència, Rita Grané, reivindica el derecho de las jóvenes a acceder a estudios postobligatorios y señala que trabajan para garantizar este derecho por todas las jóvenes de la entidad. Por otro lado, es importante destacar que a través de la mentoría también se consigue que los jóvenes aprendan mejor la lengua catalana.

¿A qué te dedicas actualmente?

Acabé los estudios obligatorios de la ESO y ahora estoy cursando un Grado Medio en Gestión de Administración de Empresas.
Durante mis años escolares de primaria y de la ESO faltaba mucho a clase, y por eso, entré a los servicios sociales: venía una educadora a casa para llevarme en la escuela.

¿Cómo conociste el programa Atenea?
Recuerdo que cuando estaba en el Centro Residencial de Acción Educativa (CRAE), mi tutora me recomendó el programa Atenea porque me podría ayudar con los deberes. Contacté con Punt de Referència, me hicieron una entrevista corta y también me explicaron el funcionamiento del programa, que tiene dos ramas: apoyo de repaso y mentoría.

¿En aquel momento sabías que era la mentoría?
No. Aprendí que se trata de una persona voluntaria que te acompaña en el proceso de emancipación en varias áreas. En este marco, hice una lista de las necesidades y acompañamiento que me gustaría recibir de mi mentora. Tres meses más tarde, conocí a Marina.

 

Unos de los objetivos que nos planteamos para la relación de mentoría entre  Marina y yo fue que me ayudara a buscar opciones para continuar con mis estudios

 

¿Cómo te ha ayudado tu mentora?
Unos de los objetivos que nos planteamos para la relación de mentoría entre Marina y yo fue que me ayudara a buscar opciones para continuar con mis estudios. Empezamos por ciclos de pastelería y de cocina que descarté porque me ayudó a ver qué tengo habilidades para hacer un ciclo de gestión y administración. Casualmente, tenía una amiga que estaba realizando el mismo curso, así pues, tuve una referente a quién preguntar.
¿Qué impacto ha tenido esta relación en ti?
Durante la relación de mentoría me ayudó mucho, sobre todo, en el tema de los estudios. También, hicimos algunas actividades propuestas por Punt de Referència: ir al teatro, a exposiciones, hacer talleres… Y actualmente, somos amigas. De hecho, Marina fue el empujón que necesitaba en aquel momento y me ayudó a empoderarme. Ahora me siento más motivada.
¿Piensas que si no hubieras conocido a tu mentora habrías hecho el Grado Medio en Gestión de Administración de Empresas?

Bien, es verdad que antes no sabía qué quería hacer. En cuarto de la  ESO teníamos la asignatura de orientación y estaba muy perdida. Ahora, estoy haciendo este curso, pero tampoco sé a qué me quiero dedicar toda la vida.

¿Cuáles son tus perspectivas de futuro en relación con los estudios?
Antes que nada, acabar el Grado Medio en Gestión de Administración de Empresas y después, seguramente continuar con un ciclo superior.

¿Es necesario este acompañamiento para la juventud que no tiene claro qué estudios quiere hacer?
Considero que es un apoyo que puede ir muy bien y todavía más si conectas con la mentora.

Me gustaría ver más mujeres. Por ejemplo, cuando vamos a charlas informativas sobre estudios
¿Crees que faltan referentes donde se pueda inspirar la juventud?
Sí, sobre todo, faltan referentes mujeres. Siempre son hombres y estoy cansada. Me gustaría ver más mujeres. Por ejemplo, cuando vayamos a charlas informativas sobre estudios, que la persona que lo haga sea una mujer, esto nos ayudaría a visualizarnos más. En mi caso, la Marina ha sido mi referente femenina porque ella es definición de empoderament femenino.
¿Cómo es la orientación para la juventud en los centros de menores?
En cuanto a mi experiencia, sí que las educadoras del centro me intentaron ayudar, pero no fue una implicación como la de mi mentora.
¿Consideras que la mentoría social podría ser una herramienta de refuerzo para los centros de menores?
Sí, porque aunque en los centros tengas educadores y educadoras siempre tienen muchas cosas que hacer. Quizás solo tienen 30 minutos exclusivamente para ayudarte o un día al mes. En cambio, la Marina me dedicaba varias horas en la semana
I para acabar… ¿Qué  le dirías a los jóvenes que no tienen claro como continuar con su futuro académico?
Antes que nada, les diría que son muy jóvenes y que tienen tiempo para saber qué quieren hacer, pero sí que los recomendaría estudiar, puesto que es siempre una buena opción. Siempre teniendo claro que no es imprescindible saber todo lo que queremos ahora.

“Pienso que vivimos para trabajar y que ni siquiera así podemos llegar a fin de mes”

Izabella es una joven de 19 años que lleva tres años con el acompañamiento de Punt de Referència. Hasta hace poco vivía en el piso Trampolí. A lo largo de su vida se ha mudado muchas veces, y adaptarse es un proceso difícil para ella. Ahora inicia una nueva etapa y se emancipa con su pareja en un piso de Barcelona. En este contexto, en el que la edad media de emancipación en España, según Eurostat, es de 30 años, le preguntamos cómo vive este nuevo periodo.

¿Cómo vives el hecho de emanciparte con 19 años?

Es algo que me genera miedo porque las cosas están complicadas. Nos encontramos en una situación en la que cuesta poder vivir y mantenerse, ya que si no tienes un trabajo o ciertos ingresos no puedes vivir porque el coste de la vida actualmente es muy alto, sobre todo con el precio del alquiler y la comida.

«Este proceso de emancipación me permitirá construir mi propia vida, mi propio camino donde puedo hacer lo que realmente deseo»

 

¿Qué ha facilitado poder emanciparte?

Este proceso de emancipación me permitirá construir mi propia vida, mi propio camino donde puedo hacer lo que realmente deseo y lo que me gusta: construir mi nido. Mi situación nunca ha sido fácil, y por eso estoy agradecida de poder independizarme. He tenido la suerte de que la familia de mi pareja nos ha cedido temporalmente un piso, y podremos instalarnos allí.

¿Cuáles son tus planes de futuro?

Primero quiero acabar la formación de Grado Medio en Farmacia y Parafarmacia para obtener el título y trabajar en lo que me gusta. Durante los próximos dos años viviré con mi pareja en este piso familiar, por eso quiero ahorrar para que podamos adquirir nuestra propia casa y construir nuestro hogar.

¿Qué dificultades crees que tendrás que afrontar una vez dejes de vivir en un piso asistido?

Mi principal obstáculo será el tema económico porque el contexto social actual es muy complicado. También el hecho de ya no tener una educadora a mi lado y tener que realizar sola gestiones como, por ejemplo, el tema de la documentación.

 

«En el ámbito social falta educación financiera. Hay que enseñar cómo gestionar los ingresos»

 

¿Qué crees que falta en el ámbito social en relación con la vivienda?

En este ámbito falta educación financiera. Hay que enseñar cómo gestionar los ingresos. Por otro lado, considero que falta dar más visibilidad a las dificultades para acceder a la vivienda. Es cierto que se ha hecho una manifestación para reivindicar el derecho a la vivienda, pero al final queda en nada y tenemos que optar por las ayudas del gobierno.

¿Qué opinas de la sociedad actual en la que vivimos?

Pienso que vivimos para trabajar y que ni siquiera así podemos llegar a fin de mes. Lo que más me preocupa actualmente es la cuestión de la vivienda, ya que en España no tenemos los recursos necesarios. Estamos en un momento en el que todo es caro y hay que pagar absolutamente por todo.

¿Qué mensaje enviarías a los jóvenes que están en la misma situación que tú?

Lo que me gustaría decir a los jóvenes es que quieran crecer económicamente, que confíen en sí mismos y que, si hacemos piña entre todos, saldremos adelante. También les diría que persigan sus planes de futuro y que luchen por lo que desean.

ENTREVISTA: «Es fundamental construir una idea de «nosotros» en la que todo el mundo se sienta parte de la sociedad»

 

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”, afirmaba el escritor Eduardo Galeano. Sin embargo, ¿cómo podemos saber si el voluntariado es efectivo para las personas que acompañamos? ¿Realmente estamos cambiando el mundo? ¿Tiene sentido hacer mentoría social?

En ámbitos como los cuidados, los espacios comunitarios o el voluntariado, a veces es difícil recopilar datos para conocer los resultados de este trabajo. Por este motivo, los estudios son cruciales. Un ejemplo es el proyecto impulsado por la Universitat de Girona y la Coordinadora de Mentoria Social, “Safespaces: Mentoría, Bienestar y Salud Mental con personas migrantes y refugiadas racializadas”, que tiene por objetivo analizar las relaciones de mentoría social de las personas migrantes y refugiadas racializadas.

Hablamos con Óscar Prieto-Flores, investigador del proyecto SafeSpaces de la Universidad de Girona.

  • Según SOS Racismo, en 2023, 332 personas recurrieron a la entidad para denunciar situaciones de racismo. Aunque, desde hace años, Cataluña es un estado plural con personas recién llegadas de todo el mundo, ¿cómo ve la sociedad catalana a las personas migrantes?

La sociedad catalana en general se presenta como una sociedad de acogida con manifestaciones públicas a favor de la inclusión, pero también presenta contradicciones. Por un lado, hay un discurso abierto de acogida. Por otro, existe la discriminación que sufren las personas migrantes, especialmente las racializadas, en ámbitos como el laboral, la educación, la vivienda, entre otros. Además, el auge de la extrema derecha ha introducido narrativas más excluyentes, utilizando la inmigración como chivo expiatorio para problemas sociales más amplios.

Desgraciadamente, no estamos construyendo una alternativa al sistema capitalista. Por lo tanto, muchas personas de clase trabajadora o aquellas que viven más la vulnerabilidad en primera persona se sienten traicionadas y perciben un menosprecio sutil hacia ellas. En resumen, esta confusión está siendo utilizada por parte de la extrema derecha para ganar votos y hacer electoralismo con la inmigración.

  • ¿Por qué la Universidad de Girona decidió implicarse en el tema, y concretamente apostó por incluir la perspectiva de la juventud extutelada?

Hemos visto la necesidad de pasar del enfoque de la interculturalidad a poner sobre la mesa el tema del racismo estructural y el antirracismo, particularmente en programas como la mentoría social.

La mentoría social, tradicionalmente, se ha asociado al diálogo intercultural: el hecho de dar a conocer a dos personas de culturas diferentes y, a partir de ahí, generar un acompañamiento y aprendizajes entre estas dos personas. En cambio, la perspectiva de la desigualdad estructural o del racismo no está tan presente muchas veces, y pensábamos que era importante incluirla.

En este contexto, la Universidad de Girona ha inaugurado recientemente la Cátedra de Acción y Análisis Antirracista.

  • ¿En qué consiste el estudio “Safe Spaces”? ¿Qué metodología tiene?

El estudio «Safe Spaces«, financiado por el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”, tiene como objetivo evaluar el rol de la mentoría en el bienestar y la salud mental de las personas migrantes y refugiadas racializadas.

Nos proponemos enfatizar el concepto racializado porque sabemos que la sociedad de acogida no trata igual a las personas migrantes blancas frente a aquellas que provienen de contextos africanos.

En primer lugar, la metodología incluye herramientas cuantitativas, como test pre y postintervención. En segundo lugar, incluye grupos de discusión tanto con mentores como con mentoreados para obtener una visión cualitativa. Finalmente, hay un grupo asesor formado por 6 jóvenes migrantes racializados que han participado en programas de mentoría para garantizar una perspectiva auténtica y antirracista.

  • ¿Qué consecuencias puede tener una mentoría insatisfactoria para las personas migrantes, refugiadas o racializadas?

Una mentoría mal gestionada puede causar daño emocional. En el caso de las personas que ya han sufrido mucha fragilidad y desconfianza en las relaciones sociales debido al racismo estructural, el daño es aún mayor, ya que genera un sentimiento de frustración y desconfianza hacia los programas de ayuda.

  • ¿Qué podemos hacer como sociedad para acoger mejor a las personas migrantes y cuidar su bienestar emocional?

Es necesario pensar de manera sistémica y realizar cambios estructurales a diferentes niveles (escuelas, universidades, lugares de trabajo, leyes) para garantizar una inclusión real. Además, es fundamental construir una idea de “nosotros” donde todos se sientan parte de la sociedad, mediante prácticas cotidianas como la mentoría.

  • La salud mental es un tema en la agenda actual, pero ¿hay suficientes estudios que aborden a los colectivos más vulnerables?

Aún faltan estudios e intervenciones específicas que aborden la salud mental de las personas migrantes y refugiadas, así como una mayor voluntad política para financiar programas de apoyo.

Las entidades del sector social tienen poco financiamiento. Por un lado, muchos programas no avanzan por falta de recursos. Por otro lado, la administración pública no entiende que estos programas forman parte del bienestar social de todos y son parte de la salud pública. En resumen, creo que el auge de la extrema derecha está frenando este cambio de paradigma.

  • ¿Por qué es importante trasladar la investigación al día a día de entidades como Punt de Referencia?

En el caso de SafeSpaces, el estudio cuenta con la colaboración de la Coordinadora de Mentoría Social y tenemos la voluntad de trasladar los resultados a las entidades participantes. Muchas de las propuestas no dependen del presupuesto de las entidades, sino del compromiso con la investigación.

“Cuando estás en un momento vulnerable, necesitas a alguien que este a tu lado y te apoye”

 

¿Te imaginas cumplir 18 años y no tener a nadie a quien recurrir? Cada año, 1.300 jóvenes pierden el apoyo de la Generalitat de Cataluña al alcanzar la mayoría de edad. En este contexto, Punt de Referència impulsa varios programas de acompañamiento para potenciar la emancipación de la juventud, entre los cuales destaca el proyecto Acull, que desde hace más de 20 años consiste en acoger a jóvenes migrantes de entre 18 y 23 años durante 9 meses.

«Los jóvenes que migran solos a menudo viven situaciones de vulnerabilidad que dificultan su emancipación, además de no contar con referentes familiares que puedan apoyarles en esta etapa de transición hacia la vida adulta», destaca la técnica del Proyecto Acull de Punt de Referència, Bàrbara Bort.

El objetivo principal del proyecto es el acompañamiento de los jóvenes en la emancipación y el intercambio cultural. Estos jóvenes no buscan una vivienda desde la emergencia habitacional, sino un núcleo acogedor con quien poder aprender y compartir.

 

 

Durante todo el proceso, la familia recibe el acompañamiento, formación y apoyo de Punt de Referència en la construcción de la relación y las necesidades que puedan surgir para garantizar la comodidad de ambas partes.

“Cada caso es especial, ya que las relaciones que se dan entre la juventud y las familias acogedoras son únicas. Aunque haya familias que repitan la experiencia, ningún acogimiento es igual”, destaca la técnica del proyecto Acull, Bàrbara Bort. Durante la trayectoria de la entidad, se han realizado más de una sesentena de acogimientos, y la mayoría de los jóvenes ha continuado su relación con la familia acogedora una vez finalizada la estancia.

Hablamos con Mohamed, uno de los jóvenes que ha sido acogido en el marco del programa Acull de Punt de Referència. Mohamed, de 23 años, fue acogido por una voluntaria de Barcelona durante el 2021.

  • ¿En qué situación te encontrabas cuando te incorporaste en el proyecto Acull de Punt de Referència?

Antes de entrar en el proyecto Acull estaba en un centro de protección de menores. Como ya participaba en otro proyecto de Punt de Referència, haciendo mentoría social, me explicaron el proyecto y comenzamos el proceso de preparación mientras aún estaba en el centro.

  • ¿Cómo ha sido vivir 9 meses con la familia acogedora?

¡Ha sido una experiencia buena! He tenido un espacio donde estar tranquilo, cuidar mi salud y convivir con alguien de aquí, con quien compartir y aprender de su cultura, y también enseñarle sobre la mía.

  • ¿Por qué crees que es importante que los jóvenes tutelados y extutelados puedan acceder a estas oportunidades?

Porque cuando estás en un momento vulnerable: sin trabajo, sin ingresos… Necesitas a alguien este a tu lado y te apoye. Es básico tener un espacio donde estar tranquilo y poder hacer tus actividades diarias para seguir adelante.

  • ¿Destacarías algún momento vivido?

Conocer a la “yaya” fue un momento muy bonito, me gustaba mucho jugar al dominó con ella, ¡reíamos mucho!

  • ¿Sigues en contacto con la familia que te acogió?

Sí, aunque entre el trabajo y las tareas diarias, no nos vemos tanto como quisiéramos. Sin embargo, hablamos por teléfono o por WhatsApp de vez en cuando. Sé que siempre puedo contar con la familia que me acogió si necesito algo.

  • ¿Querrías decir algo a aquellas personas que puedan estar dudando en acoger?

Que no tengan miedo y que ayuden en lo que puedan, por poco que sea, porque hay gente que quiere salir adelante y no puede hacerlo sola.

 

¿Estás pensando en acoger a jóvenes en casa?

Actualmente, 10 jóvenes de Punt de Referència están buscando hogar, escríbenos a [email protected] e impulsa su emancipación.

Durante el 2022, el 100% de los voluntarios valoraron su participación en el Proyecto Acull con un 8, el 100% de las familias acogedoras recomiendan la experiencia a su entorno y el 100% de los jóvenes participantes están muy satisfechos con el vínculo de confianza establecido con la familia acogedora.

“Hay muy pocos proyectos, dentro de los proyectos de mentoría internacionales, que apuesten por la mentoría social.”

El pasado mes de abril se celebró el Congreso Europeo de Mentoría en París. El evento fue un encuentro para todas las entidades relacionadas con la mentoría social de más de 24 países y este año estaba dedicado a buscar fórmulas para expandir la mentoría sin perder su estándar de calidad.

Dos de las técnicas de Punt de Referència, la técnica del proyecto Acull, Bàrbara Bort, y la jefa de área de mentoría, Marina Montoya, asistieron al congreso y pudieron intercambiar opiniones y sensaciones con diferentes entidades del sector. Hoy hablamos con ellas dos para conocer su experiencia.

 

  • ¿Cuál fue vuestra participación en el Congreso de Mentoría Europeo de este año?

Bàrbara: En esta edición participamos como ponentes en una mesa plenaria titulada “Encaminando las necesidades de los migrantes a través de la mentoría”. Era una mesa centrada en las estrategias de acompañamiento para jóvenes migrantes en los proyectos de mentoría.

En nuestro caso, transmitimos la visión y la forma de acompañamiento que tenemos desde Punt de Referència hacia las personas jóvenes migrantes. Nuestro proyecto se diferencia de la mayoría de proyectos de mentoría por los componentes emocional y la creación de vínculos, a partir de los cuales se refuerzan las necesidades y los apoyos que cada joven requiera. A través de esta creación de vínculos se consigue fortalecer la red de apoyo y la suma de todo conlleva la ampliación del capital social de los jóvenes.

  • No es la primera vez que participáis en el Congreso. ¿Desde cuándo forma parte Punt de Referència?

Marina: Hemos colaborado desde 2016, es decir, desde sus inicios, y este año es la quinta edición.

Bàrbara: Primeramente, no estábamos muy seguras de si participar o no, pero desde la organización nos animaron mucho y nos remarcaron que nuestra perspectiva era muy importante. Al final, más que lo que íbamos a aprender, era que querían contar con nuestra experiencia y trayectoria acompañando a jóvenes migrantes a través de la mentoría social.

  • El Congreso es un lugar de intercambio entre entidades de todo el mundo. ¿Es importante estar en contacto con otras entidades internacionales? ¿Por qué?

Bàrbara: Siempre es interesante conocer las diferentes formas de acompañamiento del territorio. Muchos de los jóvenes a quienes apoyamos tienen una trayectoria migratoria sin tener como destino definitivo España o Barcelona. Puede ser que estén de paso o que surja una oportunidad y que, por nivel idiomático o lo que sea, sea mejor ir a otro país o porque tengan la red familiar distribuida por diferentes países de Europa. Por eso creo que es interesante siempre estar en contacto con otras entidades del territorio europeo. Esto también lo aplicamos dentro del territorio español, tenemos contacto con alguna entidad que está situada en Ceuta, Melilla o las Canarias, lugares de foco de entrada de jóvenes.

Marina: En el ámbito profesional, estar conectada con diferentes proyectos te permite también conocer y repensar la tarea que haces y poder coger ideas o replantearte cómo estamos haciendo las cosas. Al final, estar en contacto con otros profesionales con proyectos de estos territorios te da posibilidades de ir pensando y evolucionando y reflexionando.

  • ¿Ha habido algún proyecto o metodología que os haya llamado la atención?

Marina: Ha sido interesante poder escuchar alguna charla sobre temas que nosotros, desde Punt de Referència, aún nos estamos planteando cómo trabajarlos. Por ejemplo, estuvimos en un taller que hablaba sobre cómo acompañar a la juventud con la perspectiva LGTBIQA+.

También fue interesante una charla sobre interseccionalidades. Hay muchos momentos de reflexión sobre cómo trabajar la interseccionalidad dentro del equipo y con las personas voluntarias para garantizar el mejor acompañamiento de los jóvenes.

 

  • ¿En qué se diferencia el proyecto de Punt de Referència del resto de iniciativas que habéis podido ver durante el congreso?

Marina: Desde Punt de Referència se le da mucha importancia a todo el proceso de formación y acompañamiento a las personas voluntarias. Yo creo que es un rasgo bastante diferencial y singular de nuestro programa de mentoría. También destacaría la coordinación del trabajo en red, entendiendo la relación de mentoría como un triángulo que pone siempre a la juventud en el centro.

Bàrbara: El tipo de mentoría que nosotros implementamos en nuestros proyectos es la mentoría social. Y en el Congreso nos encontramos con que hay muy pocos proyectos, dentro de los proyectos de mentoría internacionales, que hacen este tipo de mentoría. Por lo tanto, creo que esta diferencia debe ponerse sobre la mesa. El resto de proyectos se centran más en la mentoría enfocada a la inserción laboral, sin hacer especial énfasis en las diferentes áreas vitales de las personas mentoradas.

Además, en España trabajamos con una ley de extranjería diferente. Por ejemplo, la ley de extranjería de Alemania no exige los requisitos para poder conseguir un permiso de trabajo que sí exige la ley de extranjería española. Por lo tanto, aquí hay una diferencia muy importante. Antes de hablar de inserción laboral hemos tenido que dar muchos pasos previos que tienen que ver con necesidades básicas: hablo de lengua, de formación, de conocimiento de la cultura y de los códigos culturales, de la situación administrativa, la vivienda… Reforzamos todas estas áreas desde los proyectos de mentoría, mediante el equipo técnico y con el apoyo del voluntariado.

Además, nosotros también damos apoyo a un perfil muy concreto de jóvenes. No acompañamos a personas migrantes en general, acompañamos a jóvenes que no tienen las familias en el territorio y de unas edades muy concretas. Creo que había pocos proyectos que trabajen con perfiles tan concretos.

Por todos estos motivos, nosotros estamos en un punto que con la juventud vamos a hacer red, vamos a crear vínculos, ampliamos su capital social para que puedan ir poco a poco garantizando acceso a oportunidades, una red de apoyo y que puedan tener una salud con un bienestar emocional.

 

 

Bàrbara Bort,  

técnica del proyecto Acull de Punt de Referència

 

 

 

Marina Montoya,

responsable del ámbito de mentoría de Punt de Referència.

Entrevista: “Los jóvenes tutelados cuando salen de los pisos asistidos, no están preparados para emanciparse”

Desde el 2021, Punto de Referencia ha participado en el Proyecto IMEX, liderado por la Federación de Entidades con Proyectos y Pisos Asistidos (FEPA). El objetivo era crear un modelo de referencia estatal, así como europeo, para la desinstitucionalización en la atención al joven tutelado.

En Punto de Referencia, se ha trabajado la desinstitucionalización a través del proyecto de vivienda «Llars el Pas», una iniciativa que busca acercar la vivienda cooperativa a los jóvenes.

Hablamos con el educador social y miembro del equipo profesional de Punto de Referencia, David Marmolejo, que actualmente es técnico del proyecto «Llars el Pas» de Punto de Referencia.

 

  • ¿Cuál es la situación de los jóvenes tutelados y extutelados en relación con la vivienda?

En primer lugar, debemos tener en cuenta que encontrar una vivienda en condiciones es un problema global en la ciudad de Barcelona. Si a este contexto le sumamos que el joven tutelado y extutelado es inexperto y carece de estabilidad económica y personal, la situación se vuelve aún más complicada. Y si a todo esto se añade un proceso migratorio, el racismo, la falta de referentes adultos o familiares que puedan apoyarlos en este proceso, se complica aún más.

A veces, los jóvenes tutelados y extutelados no están preparados para salir de los pisos asistidos o los proyectos de vivienda impulsados por las instituciones, pero no tienen más opciones debido al tiempo de estancia que establecen estos proyectos.

 

  • ¿En qué consiste el proyecto «Llars el Pas»?

«Llars el Pas» es un proyecto de emancipación y autonomía para los jóvenes tutelados y extutelados que ya han pasado por recursos de acogida anteriormente, es decir, sería el último paso antes de emanciparse sin ninguna institución o entidad que los acompañe.

El proyecto consta de 4 fases:

  1. Una primera fase, para jóvenes que tienen menos autonomía, su estancia en servicios residenciales ha sido mínima, sin ingresos y que tienen necesidades educativas más altas.
  2. La segunda fase es para jóvenes que comienzan a tener ingresos y tienen un itinerario formativo y laboral. Los jóvenes aportan como máximo el 30% del alquiler, y de esta forma hay una personalización del alquiler según sus necesidades y situación económica.
  3. La tercera fase es para jóvenes que ya han finalizado el itinerario educativo y quieren centrarse en el ámbito laboral. Consensuamos la estancia con el objetivo de conseguir un trabajo relacionado con lo que han estudiado y unos ingresos concretos.
  4. Por último, la cuarta fase se basa en la vivienda cooperativa. Realizamos una adaptación y acompañamiento en la integración de la vivienda.

Actualmente, contamos con 5 viviendas, ubicadas entre Barcelona, l’Hospitalet del Llobregat y Mataró. En total, estamos acompañando a 14 jóvenes.

 

  • ¿Por qué nació el proyecto «Llars el Pas»?

La iniciativa surgió porque los procesos de transición a la vida adulta debían ser más prolongados y no había suficiente apoyo administrativo. Nos dimos cuenta de que los jóvenes, al salir de los pisos asistidos a la edad de 21 años, no estaban preparados para emanciparse.

 

  • La última fase del proyecto tiene como modelo la vivienda cooperativa. ¿Consideras que este modelo de vivienda puede ser una opción para los jóvenes? ¿Cuáles son sus beneficios?

Considero que es una alternativa muy potente por los valores comunitarios y participativos, puede ampliar la red de apoyo de los jóvenes y ofrecerles otros referentes adultos en contextos diferentes. También potencia la desinstitucionalización de los jóvenes, es decir, permite que otros referentes adultos les brinden apoyo fuera de las instituciones.

 

  • Actualmente, sabemos que hay 2 jóvenes viviendo en la vivienda cooperativa de la Balma. ¿Cómo ha sido su experiencia?

La experiencia de los jóvenes es muy positiva. En primer lugar, nos alegra ver cómo una entidad confía en los jóvenes y les brinda la oportunidad de ser socios de una cooperativa. Gracias a la Balma, tienen un hogar y un proyecto.

También hay aspectos negativos. Vivir en una cooperativa implica realizar una serie de tareas y obligaciones para sacar adelante el proyecto. Esto supone un volumen de trabajo considerable, pero también es un aprendizaje valioso.

 

  • ¿Cuáles son las expectativas de futuro en el proyecto?

Queremos seguir impulsando el proyecto de «Llars el Pas». Por el momento, el año pasado llegamos a un acuerdo con la cooperativa Abril, que aún tiene las viviendas en construcción, pero ya estamos llevando a cabo un proceso de selección de dos jóvenes para que vayan a vivir allí.

 

El proyecto «Llars el Pas» cuenta con el apoyo de «La Caixa»:

Home - Fundación "la Caixa"

 

 

David Marmolejo

Técnico del proyecto «Llars el Pas» de Punto de Referencia.

“La mentoría ha sido un viaje y un proceso de crecimiento brutal”

  • Punt de Referència busca incorporar 100 nuevas personas mentoras antes de finalizar el verano para acompañar a jóvenes tutelados y ex tutelados.

 

Iolanda Fresnillo es socióloga y activista. Ha trabajado como consultora de investigación para Médicos Sin Fronteras y el Instituto Transnacional, actualmente es directora de políticas e incidencia en Eurodad, la red europea de deuda y desarrollo. En su tiempo libre, apuesta por el voluntariado social como herramienta para transformar la sociedad. Durante el 2022, formó parte de los programas de mentoría social de Punt de Referència. En esta entrevista, comparte su experiencia como mentora de Abdu, de 17 años.

 

  • En Cataluña, cada año 900 jóvenes pierden la red de apoyo al dejar de ser tutelados, una situación que complica su transición a la edad adulta. ¿Por qué elegiste la mentoría social como herramienta para acompañar a jóvenes tutelados y ex tutelados?

Aunque conocía un poco la situación de los jóvenes tutelados y ex tutelados, era una realidad que me resultaba bastante distante. Pensé que la mentoría era una manera ideal de acercarme al contexto de estos jóvenes, vecinos nuestros que ven vulnerados sus derechos diariamente, mientras acompañaba y ayudaba a un joven concreto. La posibilidad de conocer más de cerca la realidad de los jóvenes me impulsó a elegir la mentoría social.

 

  • ¿Cómo fue el proceso para participar en los programas de Punt de Referència?

Fue muy fácil, no me sentí sola en ningún momento. Las sesiones informativas y el curso fueron muy interesantes y útiles para acompañar al joven. Durante la mentoría, el apoyo por parte de las compañeras de Punt de Referència fue total y los encuentros con el resto de mentores y mentoras sirvieron para compartir experiencias similares. Aunque al principio no veía claras algunas cosas del programa, a medida que iba pasando por las diferentes fases, todo encajaba.

 

  • Toda relación requiere esfuerzo cuando se está construyendo. ¿Cómo fue el inicio de tu relación con el joven? ¿Fue fácil conocerse?

El inicio de la relación fue complejo porque ni yo ni el joven teníamos demasiado tiempo disponible. No obstante, enseguida conectamos, aunque la relación no fuera tan frecuente. Al principio, tuvimos unas dos primeras reuniones para situarnos y romper expectativas sobre la relación. Al final, la mentoría consistió en encontrarnos y hablar.

  • Durante el proceso, ¿tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a tener confianza para continuar?

Sí, tuve dudas durante todo el proceso, surgen cuestiones que no sabes muy bien cómo abordar. Dudé si mi falta de disponibilidad sería un aspecto negativo durante la mentoría, pero siempre tuve el apoyo de Marina, la técnica de Punt de Referència que me acompañaba.

Marina me aseguró que, por poco que hiciera, estaba bien. Me ayudó a tener confianza para continuar y ser constante, y gracias a eso pude crear un vínculo con el joven.

 

  • Un 65% de los jóvenes valora los programas de mentoría como un impulso para emanciparse. ¿Qué impacto crees que tiene la mentoría en los jóvenes?

Quizás esta pregunta la debería responder el propio joven, pero creo que les da confianza y seguridad para salir adelante. Tienen la sensación de que no están solos, saben que si tienen un problema, hay alguien a quien acudir. No creo que sea una cuestión de herramientas concretas, más bien es la confianza y seguridad lo que ayuda a los jóvenes a emanciparse.

 

  • Cuando hablamos de impacto, siempre hablamos del joven, pero ¿qué papel juega la mentoría para las personas mentoras?

Para mí, la mentoría ha sido un viaje y un proceso de crecimiento brutal, creo que ha tenido más impacto en mí que en el joven. Me ha servido para ser más consciente de mis privilegios, y sobre todo de los obstáculos y dificultades del joven. En nuestro sistema, un sueño tan sencillo como jugar al fútbol puede ser una gran dificultad para los jovenes.

Durante la mentoría pude desarrollar herramientas y estrategias para que el joven tomara confianza en mí pero respetando los límites. En algunos momentos, fue un sufrimiento por las dificultades del joven, pero siempre estuve presente.

 

  • Punt de Referència está buscando incorporar 100 personas mentoras antes del verano. ¿Quisieras enviar algún mensaje a las personas que están dudando si hacer mentoría?

A las personas que están dudando, las animo a hacer mentoría. Yo tenía dudas porque no sabía si tendría suficiente tiempo para apoyar al joven, pero el poco tiempo disponible fue útil, interesante y muy reconfortante. Creo que hemos crecido los dos mucho, y ahora tengo una relación de amistad muy bonita con el joven.

La realidad del joven está a nuestro alrededor, y el voluntariado es una oportunidad de oro para poder conocerla de primera mano y, a la vez, ser útil. La mentoría social es útil tanto para ti como para el joven a quien acompañas.

“El proyecto Som Llavor permite a los jóvenes expresar sus inquietudes y que se vean como personas con plenos derechos”

Hablamos con Aixa Dulcey, educadora del proyecto Som Llavor

Por Marta Bach

 

  • ¿Con qué palabra definirías el proyecto Som Llavor?

‘Som Llavor’ és empoderamiento.

 

  • ¿Por qué necesidad se creó Som Llavor, un proyecto de participación e incidencia?

Som Llavor se creó en el año 2021, después de la pandemia y ante la necesidad de ofrecer a los jóvenes un espacio donde puedan expresar sus ideas e inquietudes y, al mismo tiempo, se puedan ver como personas con plenos derechos y capacidad influir en aquellas cosas que les afectan directamente.

Toda esta reflexión parte del hecho de que la juventud que está bajo el amparo de la administración tiene menos posibilidades de participación en el mundo del ocio y del ocio ya que su prioridad es sostenerse a sí mismos y salir adelante con su emancipación. Y con ello, pierden la oportunidad de explorar sus propios intereses e inquietudes, algo que no ocurre con los jóvenes de su generación. Som Llavor también da respuesta a esta necesidad tan vital de participar de un espacio por el simple hecho de disfrutarlo y también de experimentar con las habilidades que se generan: comunicativas, relacionales, de identificación con referentes culturales o los monitores y educadores que les acompañan.

 

  • ¿Un chico o chica que quiere formar parte de Som Llavor ¿cómo debe hacerlo?

Este año, participan un total de 13 chicos y chicas. Desde Punt de Referència hacemos un llamamiento inicial para que los jóvenes interesantes contacten con nosotros, a través de la web, de WhatsApp, redes sociales o boletines específicos. Los requisitos para formar parte son: jóvenes de entre 16 y 23 años, que tengan deseo de participar en un espacio grupal, que quieran conocer equipamientos culturales y de ocio de la ciudad y que puedan dedicar 2h a la semana a asistir -ahí. Además, deben tener inquietudes por el mundo audiovisual.

 

  • La cultura tiene un poder transfomador?

La cultura, al final, te permite generar una mirada constructiva y crítica sobre la realidad social y tu propia realidad. Con Som Llavor proporcionamos un espacio de conversación y de reflexión que estimula a los jóvenes a cuestionarse cosas, proponer nuevas y a verse a sí mismos como posibilitadores del cambio. Saber que pueden hacer cosas y transformar su realidad por muy dura que ésta sea.

Además, la cultura es también generadora de cohesión social. Un ejemplo de ello ha sido poder compartir un intercambio con jóvenes del instituto La Mallola de Esplugues de Llobregat y donde pudimos hablar sobre temas que afectan a los adolescentes y también sobre el hecho migratorio dando respuesta a una inquietud vital que tenía alumnado de La Mallola. Y por último, no podemos obviar que la cultura también nos permite ofrecer respuestas creativas a los retos actuales.

 

  • ¿Cómo llegar a escogerse el tema del proyecto sobre el que se quiere hacer incidencia? ¿Por qué se ha escogido el entorno audiovisual frente a otras posibles disciplinas artísticas? 

Antes de elegir el tema del proyecto, hacemos todo un trabajo de cohesión y conocimiento del grupo. Hacemos dinámicas generadoras de pensamiento crítico en torno a diferentes temáticas, como la igualdad de género, de derechos humanos, el concepto de identidad, la vivienda, el ocio saludable, etc.

Nosotros proponemos el modelo audiovisual porque es muy atractivo para el colectivo de jóvenes y ellos y ellas eligen el tipo de formato: vídeo, podcast, fotografía… Este año, ha sido de nuevo un vídeo, que se inspira en entrevistas hechas en la calle y grabación de audios sobre la problemática de la vivienda.

 

  • Som Llavor parte de una visión mutidisciplinar del arte, ¿verdad? ¿Qué actividades culturales lleva a cabo con la juventud?

Sí, al 100%. Uno de los ejes del proyecto es realizar actividades culturales de descubrimiento del territorio. Hemos visitado la exposición Ghorba en la Casa Golferichs, hemos visto la World Press Foto en el CCCB y la exposición ‘Identidades’ en el Pati Llimona. Las reflexiones de los jóvenes son interesantes. Por ejemplo, Lahcen dijo que nunca había visto una exposición así y que le impresionó mucho ver el peligro que pasan los periodistas por hacer algunas de las fotografías expuestas en el World Press Foto. Mientras, Leslie reflexionó que algunas fotos le recordaban mucho a Venezuela y los sucesos que allí pasan.

 

  • Participas cada semana en Som Llavor, ¿qué progresos ves en los chicos y chicas a lo largo que pasan los días?

Básicamente existe una mejora a nivel de competencias importantísimas y claves para la emancipación como son el autoconocimiento, la conciencia emocional y también la mejora en las habilidades relacionadas con la participación: es decir saber comunicarse, tomar la iniciativa y hacer crecer las capacidades de vinculación y también la sensibilidad artística.

 

  • ¿El año pasado se creó un vídeo reivindicativo donde la juventud explica actitudes racistas que han vivido? ¿Este año cuál el hilo argumental?

Este año incidimos con un tema muy cercano a los jóvenes de Punto de Referencia y que afecta directamente al todo a su colectivo como es el acceso a la vivienda, poder disponer de oportunidades reales y emancipadoras de empleo y también como n ‘es importante tener una buena red de apoyo para la vida y el bienestar propio.

 

  • ¿En qué ha consistido el acto de presentación y el tema del audiovisual de este año?

La presentación tuvo lugar el pasado 1 de junio a las 18h en el Casal Transformadors. Fue un acto emotivo y, a la vez, reivindicativo porque el tema del derecho a la vivienda y al empleo es algo que es necesario poner reivindicar con firmeza y vehemencia porque es un derecho del que se ha despojado a una franja importante de la sociedad . Además, tuvimos la oportunidad de escuchar de primera mano la experiencia y ver el trabajo que han hecho los chicos y chicas con la creación del vídeo “Som joves, som llavor” y en una sala con un centenar de personas que nos acompañaron y participaron activamente del coloquio posterior. Fue cómo cumplir un sueño.

 

  • ¿Qué te ha aportado profesional y personalmente este trabajo?

Muchos aprendizajes. Es la primera vez que dinamizo a un grupo que está aprendiendo el idioma, esto me ha hecho ser más creativa con las dinámicas propuestas. También ha supuesto para mí un cambio de mirada. Sabes que los jóvenes son muy potentes pero cuando escuchas argumentar, dar sus puntos de vista, conocer sus propias vivencias, hacer propuestas, cuando van ganando confianza y dicen la suya, y cuestionan y son críticos, eso te enriquece. Estoy muy contenta de formar parte del proyecto.

 

  • ¿Si tuvieras que quedarte con un recuerdo?

Como este grupo me ha dado tanto, es difícil limitarme a un recuerdo, así que voy a compartir dos: el primero, es cuando estábamos haciendo el trabajo de cohesión de grupo. Utilizamos una metodología que se llama «la prevención» se trata de una escaleta, que uno de sus últimos escalones es la cooperación, así que realizamos una dinámica llamada «las sillas cooperativas». El típico juego de las sillas, donde pones música y la gente va bailando y cuando la música se detiene deben sentarse en una silla. En esta dinámica se cambia la lógica del juego, en lugar de descartar a personas, se descartan sillas y ellos deben cooperar para que nadie se quede sin lugar donde sentarse. Yo llevaba una canción preparada para la dinámica, movidita pero una canción cualquiera… Muchos no bailaban, entonces Mohammed detuvo la dinámica, saca el móvil y me pide poner una de sus canciones y empezaron a bailar, se respiraba alegría y aplausos… Me emocionó y también me hizo pensar en la importancia de la interculturalidad y el reconocimiento.

El segundo recuerdo es ya durante el proceso de creación del vídeo. El día que se estaban entrevistando entre ellos, la seguridad que había en el grupo, la complicidad, las risas y el hecho de que, al final, pidieran tomar una foto grupal donde estuviéramos todos es un bonito recuerdo.

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