Angustia pandémica, burocrática y laboral entre la juventud migrada

Técnicas de Punt de Referència coinciden en que una de las principales afectaciones de la crisis provocada por la pandemia en la juventud migrada es la imposibilidad de renovación de los permisos de residencia.

Sara Montesinos
Fotografías: Berta Roig

 

A principios del mes de marzo de 2021, poco antes del primer aniversario de la pandemia que se inicia con el confinamiento domiciliario, TV3 publicaba un reportaje sobre los efectos de la covid en la salud mental y emocional de los chicos y chicas. Después de un año en el que sólo habían ocupado titulares culpabilizándoles, los medios de comunicación han dado voz a las situaciones, consecuencia de todo lo que han sufrido. Según un estudio de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes, el 72% de los estudiantes está más preocupado por su salud mental que por cualquier otra cosa. Además, el Centro de Estudios Sociológicos ha publicado recientemente un estudio sobre la salud mental de los españoles durante la pandemia, del cual se destaca que un 30% de jóvenes entre los 18 y los 24 años han tenido trastornos de ansiedad, el doble que la media de la población. Con esto, el Estado Español encabeza el ranking europeo de paro juvenil, con un 40’7% de la juventud parada. 

 

Y cómo ha afectado esta situación de pandemia a la juventud que migra sola? Coral Escobar, educadora social y tèécnica del proyecto de vivienda Pisos Asistidos, mantiene un contacto diario con los jóvenes del piso que acompaña. En este sentido, siendo una de las referentes principales, las relaciones estrechas que establece con ellos la permiten acompañarlos emocionalmente a lo largo del tiempo. “De la misma manera que a nosotros nos ha afectado esta situación a nivel emocional, a ellos también”, explica. “Yo les observo des de fuera y he valorado situaciones de más desánimo, de más sufrimiento, a veces no sé hasta qué punto se dan cuenta” La educadora no cree que sean casos aislados,  asegura que ha incrementado el aislamiento de muchos jóvenes así como la sensación ó de solitud, más que en épocas previas a la pandemia, “lo noto en conversaciones, comentarios, no tienen un ritmo relacional como el de antes, y no es algo que expresen directamente”.  Además, Coral comparte también reflexiones sobre los efectos del sistema de acogida de la administración, que ha hecho que muchos jóvenes hayan pasado por centros diversos en puntos geográficos diferentes. “han quedaado aislados en casa o en el barrio debido a las restricciones y a menudo tienen una red muy repartida en el territorio. 

 

Brahim siempre había soñado con vivir en Barcelona, desde que llegó en la Línea de la Concepción, Algeciras, ha pasado por diferentes ciudades como Sevilla y València, hasta allegar finalmente a la ciudad condal, donde procura arraigar des de 2017. Como a miles de jóvenes, esta situación de pandemia le ha afectado en el ámbito emocional, “ahora es complicado salir y también hacer deporte, eso hace que pase muchas horas en casa, le doy muchas vueltas a todo y me agobio, a veces necesito desconectar y no puedo con esta situación, explica en Brahim

Más allá de las relaciones sociales y la cura de los vínculos, Brahim se ha visto gravemente afectado per la crisis económica que ya comienza a dejarse notar. En su segundo año  de Grado Medio en mecánica había encontrado un trabajo con el que estaba contento y se sentía valorado, hasta había podido convalidar las prácticas con el trabajo, pero cuando llegó el final del contrato no se lo pudieron renovar. Unos meses más tarde, el verano del 2020, lo volvieron a llamar de la misma empresa, donde se reincorporó hasta principios de 2021, momento en el que se vuelve a quedar sin trabajo.  Mientrastanto, Brahim continúa encarando el Trabajo de Final de Grado y mirando de sacarse el carné de conducir con los ahorros que ha obtenido a lo largo de estos años. “He aprobado el examen teórico con solo un error”, dice sonriendo. Aún y así , las trabas burocráticas no se han aligerado ni con una pandemia mundial, y el próximo 23 de abril tiene que renovar su residencia con permiso de trabajo. La ley, pero, no lo permite sin un contrato laboral vigente, así que Brahim puede perder los papeles y tener que volver a empezar de zero si no lo consigue antes de Sant Jordi.

 

Alba Pi, técnica del Proyecto Atenea, es una de las referentes de Brahim. “Es un joven con una trayectoria muy buena, hace mucho que está vinculado a la entidad y siempre ha estado muy comprometido”, explica. “Él es muy modesto, pero saca muy buenas notas y los profesores lo tienen muy en cuenta de cara a las prácticas, compaginaba trabajo con estudios”. Alba comenta frustrada cómo la trayectoria de emancipación de Brahim, que iba muy bien, se ha visto rota por la situación de pandemia y la ley de extranjería, “Brahim ya trabajaba de lo que había estudiado mientras continuaba formándose, pero ahora sin un contrato se puede quedar sin documentación. Muchos jóvenes que se han quedado sin trabajo perderán los papeles, la situación es dramática”, afirma Alba.

Alícia Garcia, técnica de mentoría de Punt de Referència y acompañante de una veintena de jóvenes, explica también que una de las principales afectaciones son las relaciones sociales, “no sólo ha sido difícil que puedan salir y encotrarse con su red de amistades, sinó que para los jóvenes que no disponen de esta red ha sido imposible encontrar espacios de ocio donde crearla”. Otra de las graves consecuencias ha sido el acceso a una formación, ya que como dice la técnica de mentoría, “muchas son online y los jóvenes no disponen de recursos en casa para poder seguirlos. 

 

También Abdelkarim ha visto como su trayectoria formativa quedaba parada por la Covid19. Después  de cursos de mantenimiento, lampistería, cocina y soldadura, las prácticas del último curso quedaron suspendidas por el confinamiento. 

“Viví el confinamiento en un piso con cuatro jóvenes más, en aquellos meses aprendí a tocar el tambor”, explica antes de confesar que también se angustió mucho “algunos días estaba tan enfadado que pensaba en volver a Marruecos, pero después me doy cuenta que allí también tendría que empezar de cero, aquí he aprendido muchas cosas y no quiero volver. Ahora que vuelvo a hacer deporte ya no tengo ese pensamiento”.

La parada de las prácticas supuso también quedarse con menos posibilidades de conseguir un contrato de trabajo. Abdelkarim no tiene aún el permiso de trabajo y la reinterpretación de la ley de extranjería en materia de renovaciones imposibilita que pueda mantener su residencia. 

Tanto Coral como Alicia y Alba coinciden que lo que más preocupa a los jóvenes es el tema de la documentación que, a banda de la crisis de la pandemia, se junta con las denegaciones provocadas por el cambio en la ley de extranjería referente a las renovaciones de permisos de residencia. “Más allá de las regularizaciones de jóvenes migrantes solos, la situación ha hecho que muchas personas pierdan la residencia desde que empezó la crisis, haciendo mil pasos atrás i teniendo que volver a plantearse empezar otra vez”. comenta Coral.

“Hay también angustia entre jóvenes por el hecho de no recibir información directamente, nosotras estamos constantemente recibiendo noticias sobre la situación y ellos tienen muchas preguntas”, continúa Coral, según la técnica, muchos jóvenes se preguntan qué pasará o si habrá vacunas para todos. “Esta incertidumbre se suma al miedo por sus familias,  que viven en países donde la gestión de la pandemia es diferente, con más dificultades y preocupaciones que se agravan con la distancia”, dice Coral. Las tres técnicas afirman observar angustia en los jóvenes tanto por la pandemia en si misma, como por la situación de regularización y su futuro laboral.