Abrimos plazas de voluntariado para el próximo curso!

Has pensado en hacer el voluntariado con nosotras y acompañar una persona joven tutelada o exututelada? Este es un momento ideal para retomar esta idea y valorar su participación de cara al próximo curso. El mes de junio y a lo largo de todo el verano, intensificamos las sesiones informativas virtuales con el objetivo de explicar el funcionamiento de los proyectos, el rol que se espera de las personas referentes y resolvemos las dudas que surgen en relación al voluntariado en la entidad. Te apuntas?

 

Qué hay que hacer para poder ser Referente? 

  •  Comprobar en la Página de Voluntariado si cumples los requisitos que se piden.
  • Si es así, inscríbete a una sesión informativa mediante el formulario de inscripción de nuestro web. Tan pronto como nos sea posible recibirás un correo informando de las  sesiones informativas a las que te puedes inscribir.
  • Asistir a la sesión informativa en la que conocerás en detalle las implicaciones del voluntariado en cada proyecto de mentoría. Debido a la situación actual, las sesiones se realizan virtualmente, mediante la plataforma zoom. Para las personas que, después de la sesión informativa, sigáis interesadas, el proceso continuará con una entrevista personal para valorar vuestra participación, y si esta tira adelante, acabará con una formación obligatoria grupal (con los compañeros mentores/as con quien compartirías este curso), específica de tu proyecto. Acabada la formación, ya podrás conocer a la persona joven, el momento más esperado!

 

El mes de septiembre los proyectos AteneaReferentes y Acoge contarán con la participación de jóvenes que ya están esperando encontrar una persona referente o acogedora, jóvenes interesados en establecer vínculos con personas voluntarias. Cada proyecto requiere un compromiso y dinámicas de relación diferente al resto, por este motivo os los explicamos en detalle a las sesiones informativas:

Sesiones informativas (Atenea, Referentes y Acoge)

  • Lunes 31 de mayo a las 18:30h
  • Miércoles 9 de junio a las 19h
  • Lunes 21 de junio a las 18h

Sesiones informativas específicas del proyecto Acoge

  • Martes 1 de junio a las 18h

 

Tener referentes, emanciparse acompañados

 

Los jóvenes que participan en proyectos tienen una edad que va de los 16 a los 23 años y se encuentran con el reto común de salir adelante con un contexto exigente, poca red de apoyo en el día a día, y con muchas ganas de conocer personas con quien contar, con quien crecer, con quien compartir momentos, durante un curso o quizá para siempre. Se enfrentan al reto de dejar el recurso para menores al hacer los 18 años y tirar adelante su emancipación sin poder contar con el apoyo diario de su familia. Para hacerlo, necesitamos la participación ciudadana mediante el voluntariado, mediante relaciones de mentoría. La mentoría es la metodología que propone trabajar los vínculos de confianza entre las personas mentoras y jóvenes. Este lazo facilitará el camino hacia la emancipación de la persona joven, en diversos ámbitos (autoestima, conocimiento de recursos, contacto con el territorio…).

En este camino, las parejas de mentoría o las personas acogedoras (en el caso del proyecto de acogida de una persona joven en casa) estáis acompañadas profesionalmente por una persona técnica de Punt de Referencia, que cuida la relación con tal que el resultado sea lo más positivo posible para las personas participantes.

 

Para resolver cualquier duda referente al voluntariado, nos puedes escribir en: voluntariat@puntdereferencia.org

10 jóvenes emprenden un viaje creativo hacia el futuro

Como te imaginas el futuro? Poner palabras e imágenes a aquello que aún no conocemos es el reto que ha juntado 10 jóvenes de Punt de Referència y 10 activistas, pensadores i creadores en una misma nave. El mes de abril han estado encontrándose para emprender un camino que pronto sabremos hasta donde les ha llevado.

Seguro que conoces algunos de los participantes que acompañan los jóvenes de Punt de Referència en esta aventura: son David Fernàndez, Lucia Serra, Miquel Missé, Míriam Hatibi, Martí Sales, Blanca Haddad, Denise Duncan, Adriano Galante, Mohamad Bitari y Blanca Llum Vidal. Todos 20 se han organizado en pequeños grupos de cuatro, con el objetivo de reflexionar sobre el concepto de futuro. Esta propuesta se ha llevado a cabo gracias a la colaboración del CCCB, La Sullivan, Edicions Poncianes y Punt de Referència.

 


El viaje a Marte como punto de partida

La visita a la exposicinó ‘Marte: el espejo rojo‘ que se puede visitar en el CCCB hasta el mes de julio, fue la primera actividad que animó a los participantes a reflexionar sobre el pasado y el futuro. La exposición explica como, al lo largo de los años (desde las primeras civilizaciones a la actualidad), la humanidad y su evolución en la ciencia han permitido entender cada vez más el antes místico planeta, hasta pasar a ser, actualmente, un posible espacio habitable para la humanidad del futuro.

Después de esta visita como toma de contacto, los chicos y chicas han creado vínculos con las personas de su grupo (mediante encuentros en el espacio público) y conjuntamente han encontrado su manera de entender qué significa para ellos el viaje. Alrededor de la idea de viaje, los grupos han escogido espacios por visitar y actividades para hacer que tengan relación a este concepto. El pasado viernes 30 de abril todos los grupos se encontraban para compartir lo que han vivido y las reflexiones principales que han sacado de este viaje.

 

 

El viaje no ha acabado

De estos encuentros ha salido material audiovisual y escrito que se publicaran en un libro y se presentaran el 19 de junio en el Festival de literatura Kosmópolis. Será también un día de inauguración y de reencuentro para todos los participantes, que podrán explicar de primera mano todo lo que han estado elaborando.

“La Renda Garantida es imprescindible para asegurar que la juventud extutelada continúe trabajando para su autonomía”

  • Las entidades sociales reclaman facilitar la solicitud y tramitación de la Renda Garantida para que los y las jóvenes puedan salir del espiral de vulnerabilidad.

Sara Montesinos
Fotografías: Berta Roig

 

Abdel y Youness viven en un piso de la Avenida Roma de Barcelona. Se sientan a la mesa del comedor, que tiene un hule de colores. Con la cabeza baja, poco acostumbrados a la prensa, poco acostumbrados a hablar pero si a verse en los titulares. Abdel y Youness son los dos primeros jóvenes de Punt de Referència que han conseguido tramitar la Renda Garantida. Los primeros y por ahora únicos de más de 150 jóvenes que acompaña la entidad.

Youness reconoce que obtener esta ayuda ha sido un avance para él. Este joven de 21 años originario de Kasr al-Kabir, en Marruecos, llegó a Catalunya siendo menor de edad y ya hace cuatro años que trata de construir el futuro que venía buscando. Estudia segundo de peluquería y hace unas prácticas en Rafael Pagès mientras acaba el ciclo formativo. Después de rondar por el país entre centro y centro, de Girona a Tarragona, ahora convive en Barcelona con Abdel y dos jóvenes más. Comparten piso, pero también trayectoria y proceso.

Abdel nació en la zona de Tinghir, también en Marruecos y desde el año 2018 que evita las trabas políticas, sociales y burocráticas en el Estado Español y Cataluña dibujando un camino de aprendizajes. Ahora, acaba el grado medio de electromecánica mientras lo combina con unas prácticas. 

 

Pero, cómo afecta la Renda Garantida a la juventud extutelada?

 

Rita Grané, directora de Punt de Referència, asegura que la Renda Garantida es imprescindible para que continúen trabajando para su autonomía y para salir de la su vulnerabilidad, ya que más de un 50% de los jóvenes que acompaña la entidad no tiene ningún tipo de ingreso i se sostienen con los fondos propios de Punt de Referència.

Aún y así, las facilidades para conseguirla son pocas “Hay un requerimiento de residencia continuada y efectiva en los 24 meses anteriores a la solicitud, con un padrón o residencia en un municipio de Cataluña”, explica Rita, “eso excluye directamente una buena parte de los jóvenes que migran solos, principalmente los que han llegado durante el último año, pero también los que no han podido hacer efectivo el padrón o los que aún no han podido conseguir el NIE”.

Según la directora de Punt de Referència, los jóvenes mayores de edad que han sido tutelados menos de tres años tienen un año de ayuda económica, es decir, reciben una prestación hasta los 19 años sin poder solicitar la Renda Garantida ni el Ingreso Mínimo Vital hasta los 23 años. “Eso son cuatro años en los cuales los jóvenes no tienen ingresos para sostenerse, recordando, además, que no tienen permiso de trabajo. Que un joven tenga unos ingresos mínimos para mantenerse es indispensable para que pueda tirar adelante su proyecto de vida, sostenerse y no tener que estar en situación de sinhogarismo”.

Marina Nadal era educadora de cuando acompañó a Youness y Abdel en el proceso de tramitación de la Renda Garantida. “Los jóvenes no sabían ni que existía esta ayuda, desde Punt de Referència, investigando, vimos que los requisitos que parecían excluyentes no lo eran para ellos, y cuando vimos que los dos la podían solicitar nos sentamos a explicarles la posibilidad”, explica, “la brecha que encontramos para que menores de 23 años pudieran tramitar la ayuda fue este informe, mediante el cual, demostrando el riesgo de exclusión se podían tener los requisitos como solicitante”, explica Rita Grané, que añade que la Renda Garantida continúa excluyendo las personas en situación administrativa irregular. 

A pesar de todo, el proceso de solicitud no fue sencillo y, según Nadal, la dificultad de la burocracia hace que sea difícil que los jóvenes puedan salir adelante un acompañamiento. “No debería de ser tan difícil pedía una ayuda, las personas no tienen suficiente información, a veces ni tan siquiera conocen las prestaciones, y si no hay un técnico detrás, es muy difícil. Hay información muy poco clara y todo el proceso es muy complicado”, reclama Marina. La técnica de Punt de Referència recuerda tardaron más de un mes en poder obtener y tramitar toda la documentación; padrón, histórico de padrón, certificación de no haber tenido ingresos en los pasados dos meses y un informe de Servicios Sociales que confirme el riesgo de exclusión de los jóvenes. Finalmente, tanto la solicitud de Youness como de Abdel tuvieron resolución favorable. 

Por otro lado, jóvenes como Youness aseguran que adquirir la Renda Garantida “es una oportunidad, “nos permite hacer otras coses, básicamente puede seguir estudiando para tener una mejor vida”. Así también lo considera Rita “es importante que puedan tener unos ingresos y ser autónomos si quieren acabar unos estudios mientras están en búsqueda activa de trabajo. Al final se trata de poder decidir qué haces con tu vida“. 

Por todo eso, desde Punt de Referència piden a la administración que empiece los procesos de tramitación de ayudas antes de finalizar los anteriores, de esta manera, los trámites se podrían iniciar de forma automática sin que las entidades tuvieran que destinar tantos recursos al acompañamiento de estos, facilitando enormemente los procesos. Además, Grané remarca la necesidad de identificar el colectivo de jóvenes extutelados como una de las excepciones para la solicitud.

Y al final, el callejón sin salida que ninguna ayuda puede combatir: la ley de extranjería, “sin una regularización administrativa, los itinerarios se cierran”, asegura la Rita. Los dos jóvenes se encuentran en proceso de agotar las residencias sin permiso de trabajo y se preguntan qué pasará con la Renda Garantida si pierden la documentación, la situación de incertidumbre e intranquilidad les llega a pesar de la mejora económica. “Sin NIE, esta ayuda no es nada”, asegura Abdel.

La formación nos hace mejores referentes

En las últimas semanas, las personas referentes de los diferentes proyectos de mentoría han participado en formaciones relevantes para mejorar su rol de acompañamiento a la juventud: una formación en masculinidades y otra sobre el efecto Pigmalión.

Estas formaciones complementarias son muy útiles para entrenar las competencias y habilidades en el acompañamiento a jóvenes y están muy bien valoradas por el voluntariado. Por este motivo en Punt de Referència ofrecemos estas formaciones de manera habitual, dando valor añadido a las personas mentoras. Os  explicamos qué hemos aprendido en cada una de ellas:

Formación en masculinidades

24 personas mentoras asistieron al taller de masculinidades, impartido virtualmente por el Programa de Atención a los Hombres (SAH). El contenido de la formación estaba adaptado a las necesidades de los chicos y chicas a quienes acompañamos con tal que las herramientas aportadas fueran útiles para el voluntariado y para su relación con los jóvenes. La sesión se dividió en dos partes: en la primera aprendimos sobre la interculturalidad, ya que, en la mayoría de casos, los mentorados han venido de otros países. El duelo migratorio que sufren al venir y el choque cultural cuando llegan, también son aspectos a tener en cuenta para aprender cómo apoyarles. En la segunda parte, profundizamos en el mundo de la masculinidad, trabajando los roles sociales, los estereotipos, la identidad, las relaciones y el deseo, y en definitiva las masculinidades y cómo éstas pueden ser distintas según las perciba una cultura u otra. Cual es el rol social que se espera de un chico y chica en Marruecos? seguramente se le atribuyen cargas muy diferentes a las que tiene un chico nacido aquí. Conocer estas realidades permite, tanto a la persona mentora como al joven, poder establecer una relación de mentoría sana y comprensiva con el otro.

A nivel general, mi valoración del taller es muy positiva. Me pareció muy útil, cuanto a la información proporcionada, ya que la situación de la mentoría que estoy viviendo me lleva a la necesidad de saber éstos conceptos y saberlos poner en práctica con mi joven mentorado.  Recomiendo mucho esta formación a aquellas personas que, como yo, estén en el mundo del voluntariado en mentoría social con jóvenes, ya que el conocimiento aprendido durante el taller, es muy interesante y muy valioso para el día a día de la mentoría y la relación establecida entre mentor/a y mentorat/da.                 Anna, referente.

 

Formación en el efecto Pigmalión

18 personas también hicieron la formación sobre el efecto Pigmalión, de la Xarxa Antirumors del Ayuntamiento de Barcelona. La actividad explica el concepto del Efecto Pigmalión: cómo el hecho que las otras personas valoren en positivo nuestros actos tiene efectos directos en la percepción y autoestima que tenemos sobre nosotros mismos. Este efecto lo recibimos y lo generamos constantemente en nuestras conciencia de sus puntos fuertes y mejore su autoestima, en un momento en que ésta puede ser la clave para tirar adelante en un entorno y sociedad que no se lo reconoce. Las personas referentes han visto la importancia que tiene generar mensajes positivos al jóvenes para repercutir positivamente sobre su autoconciencia.


Esta formación la hemos realizado en las recientes ediciones de los proyectos de mentoría, y vista lo bien que se han sido recibidas entre referentes, continuamos teniéndola en cuenta en la formación complementaria para voluntariado.

Angustia pandémica, burocrática y laboral entre la juventud migrada

Técnicas de Punt de Referència coinciden en que una de las principales afectaciones de la crisis provocada por la pandemia en la juventud migrada es la imposibilidad de renovación de los permisos de residencia.

Sara Montesinos
Fotografías: Berta Roig

 

A principios del mes de marzo de 2021, poco antes del primer aniversario de la pandemia que se inicia con el confinamiento domiciliario, TV3 publicaba un reportaje sobre los efectos de la covid en la salud mental y emocional de los chicos y chicas. Después de un año en el que sólo habían ocupado titulares culpabilizándoles, los medios de comunicación han dado voz a las situaciones, consecuencia de todo lo que han sufrido. Según un estudio de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes, el 72% de los estudiantes está más preocupado por su salud mental que por cualquier otra cosa. Además, el Centro de Estudios Sociológicos ha publicado recientemente un estudio sobre la salud mental de los españoles durante la pandemia, del cual se destaca que un 30% de jóvenes entre los 18 y los 24 años han tenido trastornos de ansiedad, el doble que la media de la población. Con esto, el Estado Español encabeza el ranking europeo de paro juvenil, con un 40’7% de la juventud parada. 

 

Y cómo ha afectado esta situación de pandemia a la juventud que migra sola? Coral Escobar, educadora social y tèécnica del proyecto de vivienda Pisos Asistidos, mantiene un contacto diario con los jóvenes del piso que acompaña. En este sentido, siendo una de las referentes principales, las relaciones estrechas que establece con ellos la permiten acompañarlos emocionalmente a lo largo del tiempo. “De la misma manera que a nosotros nos ha afectado esta situación a nivel emocional, a ellos también”, explica. “Yo les observo des de fuera y he valorado situaciones de más desánimo, de más sufrimiento, a veces no sé hasta qué punto se dan cuenta» La educadora no cree que sean casos aislados,  asegura que ha incrementado el aislamiento de muchos jóvenes así como la sensación ó de solitud, más que en épocas previas a la pandemia, “lo noto en conversaciones, comentarios, no tienen un ritmo relacional como el de antes, y no es algo que expresen directamente”.  Además, Coral comparte también reflexiones sobre los efectos del sistema de acogida de la administración, que ha hecho que muchos jóvenes hayan pasado por centros diversos en puntos geográficos diferentes. “han quedaado aislados en casa o en el barrio debido a las restricciones y a menudo tienen una red muy repartida en el territorio. 

 

Brahim siempre había soñado con vivir en Barcelona, desde que llegó en la Línea de la Concepción, Algeciras, ha pasado por diferentes ciudades como Sevilla y València, hasta allegar finalmente a la ciudad condal, donde procura arraigar des de 2017. Como a miles de jóvenes, esta situación de pandemia le ha afectado en el ámbito emocional, “ahora es complicado salir y también hacer deporte, eso hace que pase muchas horas en casa, le doy muchas vueltas a todo y me agobio, a veces necesito desconectar y no puedo con esta situación, explica en Brahim

Más allá de las relaciones sociales y la cura de los vínculos, Brahim se ha visto gravemente afectado per la crisis económica que ya comienza a dejarse notar. En su segundo año  de Grado Medio en mecánica había encontrado un trabajo con el que estaba contento y se sentía valorado, hasta había podido convalidar las prácticas con el trabajo, pero cuando llegó el final del contrato no se lo pudieron renovar. Unos meses más tarde, el verano del 2020, lo volvieron a llamar de la misma empresa, donde se reincorporó hasta principios de 2021, momento en el que se vuelve a quedar sin trabajo.  Mientrastanto, Brahim continúa encarando el Trabajo de Final de Grado y mirando de sacarse el carné de conducir con los ahorros que ha obtenido a lo largo de estos años. “He aprobado el examen teórico con solo un error”, dice sonriendo. Aún y así , las trabas burocráticas no se han aligerado ni con una pandemia mundial, y el próximo 23 de abril tiene que renovar su residencia con permiso de trabajo. La ley, pero, no lo permite sin un contrato laboral vigente, así que Brahim puede perder los papeles y tener que volver a empezar de zero si no lo consigue antes de Sant Jordi.

 

Alba Pi, técnica del Proyecto Atenea, es una de las referentes de Brahim. “Es un joven con una trayectoria muy buena, hace mucho que está vinculado a la entidad y siempre ha estado muy comprometido”, explica. “Él es muy modesto, pero saca muy buenas notas y los profesores lo tienen muy en cuenta de cara a las prácticas, compaginaba trabajo con estudios”. Alba comenta frustrada cómo la trayectoria de emancipación de Brahim, que iba muy bien, se ha visto rota por la situación de pandemia y la ley de extranjería, “Brahim ya trabajaba de lo que había estudiado mientras continuaba formándose, pero ahora sin un contrato se puede quedar sin documentación. Muchos jóvenes que se han quedado sin trabajo perderán los papeles, la situación es dramática”, afirma Alba.

Alícia Garcia, técnica de mentoría de Punt de Referència y acompañante de una veintena de jóvenes, explica también que una de las principales afectaciones son las relaciones sociales, “no sólo ha sido difícil que puedan salir y encotrarse con su red de amistades, sinó que para los jóvenes que no disponen de esta red ha sido imposible encontrar espacios de ocio donde crearla”. Otra de las graves consecuencias ha sido el acceso a una formación, ya que como dice la técnica de mentoría, “muchas son online y los jóvenes no disponen de recursos en casa para poder seguirlos. 

 

También Abdelkarim ha visto como su trayectoria formativa quedaba parada por la Covid19. Después  de cursos de mantenimiento, lampistería, cocina y soldadura, las prácticas del último curso quedaron suspendidas por el confinamiento. 

“Viví el confinamiento en un piso con cuatro jóvenes más, en aquellos meses aprendí a tocar el tambor”, explica antes de confesar que también se angustió mucho “algunos días estaba tan enfadado que pensaba en volver a Marruecos, pero después me doy cuenta que allí también tendría que empezar de cero, aquí he aprendido muchas cosas y no quiero volver. Ahora que vuelvo a hacer deporte ya no tengo ese pensamiento”.

La parada de las prácticas supuso también quedarse con menos posibilidades de conseguir un contrato de trabajo. Abdelkarim no tiene aún el permiso de trabajo y la reinterpretación de la ley de extranjería en materia de renovaciones imposibilita que pueda mantener su residencia. 

Tanto Coral como Alicia y Alba coinciden que lo que más preocupa a los jóvenes es el tema de la documentación que, a banda de la crisis de la pandemia, se junta con las denegaciones provocadas por el cambio en la ley de extranjería referente a las renovaciones de permisos de residencia. “Más allá de las regularizaciones de jóvenes migrantes solos, la situación ha hecho que muchas personas pierdan la residencia desde que empezó la crisis, haciendo mil pasos atrás i teniendo que volver a plantearse empezar otra vez». comenta Coral.

“Hay también angustia entre jóvenes por el hecho de no recibir información directamente, nosotras estamos constantemente recibiendo noticias sobre la situación y ellos tienen muchas preguntas”, continúa Coral, según la técnica, muchos jóvenes se preguntan qué pasará o si habrá vacunas para todos. “Esta incertidumbre se suma al miedo por sus familias,  que viven en países donde la gestión de la pandemia es diferente, con más dificultades y preocupaciones que se agravan con la distancia”, dice Coral. Las tres técnicas afirman observar angustia en los jóvenes tanto por la pandemia en si misma, como por la situación de regularización y su futuro laboral.

Llars El Pas: el circuito inclusivo de vivienda que no deja nadie atrás

Cada año, algunos de los 12 jóvenes que viven en los pisos asistidos de Punt de Referència celebran los 21 años, la edad que marca el final de su etapa en los recursos que ofrece el Área de Suport al Jove Tutelat i extutelat de la Generalitat de Catalunya. Una edad en la que tan solo el 23,9% de los jóvenes no viven en su vivienda de origen (la edad media de emancipación en Catalunya es a los 29 años). Es frecuente que entre los chicos y chicas alguno tenga que dejar su recurso de vivienda sin tener asimilados todos los objetivos previstos en su plan de emancipación, o bien sin tener un trabajo consolidado que le permita una total autonomía.

Una situación similar pasa en el Proyecto Acoge cuando algunos adolescentes finalizan su estada con la familia acogedora sin tener un sitio de trabajo, o sin disponer aún de permiso de residencia o de trabajo, sin un lugar donde vivir. A esta situación se le debe sumar la gran dificultad que los chicos y chicas tienen por acceder al mercado ordinario de vivienda ( por razones económica, pero también en algunos casos por su origen migrante).

Identificada esta situación, Punt de Referència apostó por diseñar un nuevo proyecto, aún en fase piloto: el proyecto Llars El Pas. Su finalidad es ofrecer viviendas compartidas a largo plazo para facilitar la continuidad del propio proceso de autonomía en jóvenes de entre 19 y 25 años. En este tiempo, amplían sus recursos personales para conseguir emanciparse y hacerlo contando con vínculos de importancia con las personas con quienes conviven y con la educadora que les proporciona apoyo socioeducativo.

 

Covivienda

El nuevo proyecto de covivienda permite a los jóvenes compartir piso con otros jóvenes, que también se encuentran al final de su proceso de emancipación. En los 3 pisos, que son propiedad de la Fundació Mambré, conviven chicos y chicas de Punt que consolidan sus hábitos de cura del piso durante su estada de 3 años y gozan de un seguimiento profesional por parte de una educadora de Punt (menos intenso que el que encuentran en los Pisos Asistidos).

 

Vivienda Cooperativa

Hemos apostado por acercar jóvenes a un modelo de vivienda que les permite formar parte de una comunidad vecinal que se organiza en comisiones y se implica en la vida comunitaria.

Nama y Abdelkader son los primeros que vivirán en una vivienda cooperativa, una oportunidad que se ha conseguido gracias al convenio entre Punt de Referència y la Cooperativa Sostre Cívic, que ahora destina una de las viviendas de cada edificio cooperativo a personas en riesgo de exclusión. Los dos chicos han sido recibidos por la comisión de acogida de La Balma (su futuro piso en el Poblenou), han participado en dos reuniones virtuales y se instalarán el mes de junio.

Estamos muy satisfechas por haber podido crear una nueva red relacional para los jóvenes, que ya les está permitiendo relacionarse con personas adultas con quien interactúan en el día a día y con quien tomar decisiones de manera conjunta para mejorar su comunidad. A la vez, habrán tenido acceso a una vivienda más accesible y ajustada a sus posibilidades.

La juventud del Proyecto Atenea mejora en resultados académicos, superando con nota las trabas de la Covid-19

No hay duda que la situación de crisis generada por el coronavirus ha acentuado las desigualdades educativas. Desde el Proyecto Atenea lo hemos vivido muy de cerca a través de los jóvenes que se han encontrado con muchas más dificultades para continuar estudiando que en otros años. Esta nueva situación ha provocado que los chicos y chicas necesiten más que nunca el apoyo a la formación que encuentran en el Proyecto Atenea. Para poder dar respuesta a estas necesidades y adaptarnos al contexto de la pandemia, tuvimos que repensar las actividades y los encuentros de apoyo al estudio, y nos alegra comprobar que hemos tomado decisiones acertadas: el impacto en los itinerarios formativos de los chicos y chicas ha sido especialmente relevante.

 

Repensar el proyecto fue el primer paso, en qué consistieron estos cambios?

 

  • Propusimos alargar las relaciones de mentoría de 6 meses a 8 meses de duración, haciéndolas coincidir con el curso escolar y abriendo la puerta a relaciones de mentoría con vínculos más consolidados, un acompañamiento que, durante la pandemia y el confinamiento, se ha valorado muy positivamente.  

 

  • Hemos abierto la posibilidad que la juventud continúe vinculada al proyecto más allá de un curso, ya sea con su relación con la persona referente o asistiendo al espacio del taller de estudio. La respuesta ha sido que un 30% de los chicos y chicas han querido continuar, atendiendo así a sus trayectorias de larga duración.

 

  • Hemos adaptado las actividades grupales para hacerlas posibles o bien virtualmente o bien en grupos reducidos. El aislamiento provocado por el confinamiento no nos hace perder las ganas de compartir momentos y encuentros en espacios grupales adaptados.

 

  • Hemos procurado que parte de jóvenes participantes estuviera cursando estudios superiores, ya que estos chicos y chicas pueden aprovechar más el espacio de apoyo al estudio que no los que se forman en estudios de menos nivel académico.

 

Los resultados obtenidos han sido muy positivos

  

  • El 51% de los chicos y chicas cursaban estudios superiores a los de secundaria– Grado Medio o Grado Superior- (51%), el doble que el año anterior.

 

  • Hemos conseguido reducir el abandono escolar: el 100% manifiesta mejorar en la motivación para afrontar los estudios con éxito mediante la participación al proyecto y un 91,6% de la juventud que participa finaliza los estudios iniciados (más elevado que el 2019 que fue un 71,4%).

 

  • El 70,83% apuestan por continuar su trayectoria formativa. Esta cifra de retorno al sistema educativo también es más elevada que el 2019, que era de un 52,4%. Los resultados podrían venir dados por la bajada de oportunidades laborales consecuencia de la crisis. Como contrapartida, muchos deciden continuar los estudios y, en un futuro más amable y con estudios finalizados, encontrar un trabajo.

 

  • Casi un 40% de la juventud participante ha perdido la oportunidad de realizar una estada en prácticas en una empresa a causa del confinamiento domiciliario, perdiendo la posibilidad de sumar una experiencia en su CV y de darse a conocer en un entorno laboral.

 

  • Tanto la juventud como el voluntariado valora muy positivamente el acompañamiento recibido: el 100% de los jóvenes manifiesta haberse sentido acompañado durante el confinamiento y el voluntariado valora este acompañamiento con una nota de 8,8 sobre 10.

 

El trabajo hecho durante el 2020 ha permitido que acompañemos como nos gusta a los chicos y chicas, a nivel emocional y en sus trayectorias educativas. Para el año que empieza, nos alivia poder continuar este trabajo iniciado, ofreciendo acompañamientos de calidad tanto a jóvenes como al voluntariado, aunque haya que hacerlo en contextos adversos.
También nos allanan el camino las personas, empresas y administraciones que apuestan para dar apoyo a nuestro proyecto de apoyo a la formación. La Fundación Agbar ha sido la principal financiadora de las tres últimas ediciones. También hemos contado por segundo año con la colaboración de Cargill, y ahora celebramos que la Fundación Naccari Ravà haya aportado parte de sus fondos con esta finalidad!

 

«Me dijeron que podía tener una vida como la de una familia, con alguien cerca para tirar adelante”

 

  • Familias del territorio apuestan por acogidas integrales de jóvenes que migran solos para acompañarles en su proyecto de emancipación.

  • El Proyecto Acoge de Punt de Referència, nacido el año 2002, confirma que en un 70% de los procesos el vínculo se mantiene aún hoy.

Sara Montesinos
Fotografías: Berta Roig

 

“Moha trae mucha paz en casa”, dice Lali mientras deja unos vasos de agua en la mesa. Ella ríe y se cubre la cara con las manos, entre vergüenza y una sonrisa. Hace ya cerca de dos meses que compaten piso en Sants y la complicidad se respira en las miradas. 

   

Lali tiene 64 años y ha vivido siempre en Barcelona, hace unos tres años, en la cooperativa de consumo del barrio conoció una familia que había acogido un joven en casa. La conversación la llevó a reflexionar, ella tenía espacio en casa, sus cuatro hijos ya se habían ido y siempre había estado acostumbrada a convivir con muchas personas. Así, decidió informarse en Punt de Referència y, después de hacer la formación como futura acogedora, recibió a Prasana en casa, un joven de Sri Lanka con quien compartieron vivienda durante un tiempo. Ahora, tres años después, en casa viven, a parte de Mohamed y Lali, dos jóvenes más en proceso de emancipación. “La duda más grande que tenía era si sabría hacerlo bien” dice Lali, “es importante entender que no soy su madre, y quería hacerlo bien. Ahora, lo más positivo es aprender cada día a hacerlo mejor para que él esté bien, sin agobiarlo”. Mohamed, que continúa riendo, nos cuenta que al salir del centro le propusieron conocer el Proyecto Acoge, viviendo con Lali podría tener alguien que lo acompañara, estar más tranquilo y dedicar más tiempo a formarse. “Hago muchas clases y entreno a futbol, tengo un objetivo marcado y estando con Lali todo es más fácil”.

 

Cinco años después de la constitución de la asociación Punt de Referència el año 1997, el 2002 se inicia el Proyecto Acoge con la intención de seguir acompañando jóvenes de la entidad de entre 18 y 21 años pero con la especificidad de hacerlo con jóvenes migrantes sin referentes adultos en el territorio. “Estos jóvenes sufren un grado más en el factor de la vulnerabilidad y este proyecto se piensa para ellos”, explica Bàrbara Bort, educadora del Proyecto Acoge.

En estos dieciocho años, una cincuentena de familias y núcleos de convivencia han participado del Proyecto Acoge acogiendo jóvenes en casa, algunos de ellos, repitiendo el proceso con diferentes personas. Según los datos de Punt de Referència, más de un 70% de los vínculos han perdurado en el tiempo, hasta a día de hoy. La mayoría de acogidas se dan en Barcelona o en el área metropolitana, los principales puntos de acción de la entidad. A nivel de género, debido principalmente la diferencia de los procesos migratorios, una de cada cuatro personas acogidas son chicas. Actualmente, este primer trimestre de 2021, hay dos acogida activas y dos acordadas a punto de empezar.

Las primeras formaciones empezaron a finales de 2002, y el marzo de 2003 llegó Jordi en casa de Mercè y Pep, hace ya 18 años. El joven georgiano, que llegó con 15 años y vivió hasta los 18 entre centros de menores y pisos tutelados, llegó a Mataró meses después de una campaña de sensibilización con familias que animó a Pep y a Mercè a acoger. Recuerdan, pero, que no era un proyecto sólo de ellos dos, “tenemos dos hijas, que en aquel momento también rondaban los 18 años, toda decisión al respecto tenía que ser de los cuatro, se lo explicamos y les hizo mucha ilusión”. Así se amplió esta familia mataronina que a día de hoy ha crecido más aún con nietas, que son primas entre ellas. 

“El objetivo principal del Proyecto Acoge es aportar a la juventud participante un entorno de calidez y seguridad donde, mediante el vínculo afectivo, poder entrenar las habilidades para la emancipación y, a la vez, ampliar su capital social”, dice Bàrbara, “es por eso que el acuerdo son 9 meses de acogida, prorrogables a una segunda estada”. En el día a día de las acogidas, los jóvenes entrenan aspectos como las habilidades de compra, la limpieza, la cocina o el seguimiento de los casos con la administración  pública que también son importantes per garantizar una buena trayectoria. Hay también otros objetivos para consolidar la emancipación, básicamente el acceso a la formación y el acceso a la vivienda”, acentúa Bàrbara, “sin un permiso de residencia no pueden acceder a formación o trabajo y per tanto tampoco a una vivienda, además de todo el resto de dificultades que afrontan las personas racializadas”. En este sentido, también ha cambiado la situación en general, el año 2002, más del 90% de personas tenían permiso de trabajo y trabajaban, “ahora la situación ha cambiado y más del 90% de jóvenes están estudiando. Todo eso nos da mucho más espacio también para construir el vínculo afectivo y, a la vez, acompañar en la consolidación del proyecto de futuro.

 

También Mònica y Hamza mantienen el contacto después de 14 años de haber convivido en el marco del Proyecto Acoge. Por entonces, Mònica se planteaba ofrecerse para el rol de referente, pero finalmente se animó a participar también de las acogidas. Hamza llegó al Estado Español también con 15 años, y después de pasar por Algeciras y Madrid, vivió en centros de menores hasta la mayoría de edad. “Todo fue muy natural”, dice Mònica, “yo conocía Punt de Referència y la realidad de estos chicos y chicas que viajaban solos, tenía espacio en casa y quería ayudar”.  Hamza, pero, confiesa que estaba muy perdido:

“Después de casi dos años en un centro, cuando salí no sabía donde ir ni qué hacer, me sentía muy solo. Me dijeron que había un programa de acogidas, donde podía tener una vida como la de una familia, con alguien al lado para tirar adelante y conocer más gente. Así apareció Mònica, que acabó siendo mi madre, mi familia en el Estado Español”.

Este pasado febrero, Hamza y Mònica se han reencontrado para conocer la hija que él ha tenido recientemente. Un encuentro de recuerdos y memorias compartida que resumen un vínculo muy importante para los dos. “Al final es una relación de amistad, yo lo acompañé, pero él también me ha acompañado a mi, ya no sabes quien hace de referente a quien, somos dos personas que se han encontrado”, explica Mònica, “todo fue  muy intenso, y cuando se fue lo pasé muy mal”.

Tanto Jordi como Hamza, una vez acabado el proceso de nueve meses en el Proyecto Acoge, y haberse emancipado, las vueltas de la vida les hicieron volver a casa con sus respectivas familias acogedoras. Tanto ellos, como en el resto de casos, han continuado con los vínculos hasta día de hoy y la relación de apoyo y acompañamiento muto es bien viva aún. 

 

Los orígenes y las trayectorias de los jóvenes que migran solos son diversas y complejas. En el caso de Eliana, que se tuvo que ir de un país en guerra, el trayecto fue un poco más sencillo que el de otros jóvenes. Tenía 19 años cuando llegó a Cataluña desde Siria.  Pudo salir de su país gracias a un programa universitario que permitía a estudiantes sirianos viajar a Barcelona, después de mucha burocracia en la embajada del Líbano. 

“Cuando me hablaron del Proyecto Acoge me entró miedo, me daba miedo todo lo desconocido. No sabía cómo sería la familia, cómo me sentiría yo, qué haría y qué no haría”, confiesa Eliana, “pero cuando conocí a María vi que era más una relación de amigas y fue muy fácil. Ahora tiene 23 años y estudia odontología, la misma profesión que ejerce Maria “fue muy curioso que las dos optásemos por la misma profesión y que yo estudie en la universidad donde fue ella”. En su caso, después de una primera etapa de ocho meses, las dos decidieron continuar, según dice Eliana, les era difícil separarse y vivieron juntas cerca de dos años. 

 

El Proyecto Acoge se valora muy positivamente para las personas que participan. Eliana asegura que es muy importante que otros jóvenes que migran solos puedan tener la oportunidad de pasar por un proceso así y argumenta la importancia que tiene para el crecimiento personal de las y los jóvenes así como el hecho de no sentirse solos y compartir la vida con alguien.

Dicen que la familia no es sólo aquella de sangre, y mientras Mercè y Pep hacen de abuelos en Mataró, Mònica conociendo la hija de Hamza comiendo juntos en Sant Adrià y Maria y Eliana salen juntas a hacer deporte; en un piso de Sants, Lali y Mohamed se sientan a la mesa de la terraza con dos libretas. Ella mira de aprender árabe y el, con una página apaisada de hojas cuadriculadas, escribe en cuatro columnas los días de la semana en catalán, castellano, inglés y francés.

 

El acompañamiento profesional de larga duración, en el Proyecto Trayecto

Conseguir la emancipación exige a los chicos y chicas a tener resueltos los retos en los ámbitos de la formación, el trabajo, la vivienda, la documentación, entre otros. Este proceso requiere tiempo y acompañamiento, por eso, en Punt de Referència disponemos del proyecto Trayecto, que atiende a los jóvenes en demandas específicas que se pueden resolver con acompañamiento profesional prolongado en el tiempo, hasta conseguir los objetivos marcados.

Actualmente acompañamos 11 chicos y chicas que necesitan apoyo profesional para conseguir resolver por lo menos dos objetivos de importancia para su itinerario, y que pueden haber estado vinculados antes en algún otro proyecto de la entidad, o no haberlo hecho pero tener la opción de hacerlo más adelante.

Un ejemplo es Oussama, un joven que llegó a Punt de Referència sin documentación, sin un recurso de vivienda, sin saber como acceder a una formación, con los bolsillos vacíos. Con el acompañamiento de los educadores de Trayecto (Coral y David) ha conseguido, pasados dos años, dar la vuelta a la situación. Actualmente está estudiando un Grado Medio en Mecánica, asiste semanalmente al taller de estudio, ha conocido una asociación con la que ha conseguido acceder a vivir en una vivienda, y con estos objetivos cubiertos se dispone ahora a cerrar su participación en Trayecto y se plantea participar en el Proyecto Referentes para vincularse con una persona adulta de referencia.

 

Las principales preocupaciones de la juventud

Coral y David están de acuerdo en que el tema que más preocupa a la juventud es ahora regularizar su situación documental. Son muchos los que piden apoyo sobre todo para renovar el permiso de residencia (NIE), y para buscar soluciones cuando a la mayoría se les devuelven denegados.  «Regularizar su situación es su primera demanda, pero al irlos conociendo más, se van detectando otras necesidades importantes», dicen. Este año, con el contexto de la Covid-19 ha habido jóvenes en situaciones precarias que se han encontrado solos después de dejar los centros de acogida, sin nadie que se hiciera cargo de su situación. El acceso a la vivienda es otra preocupación compartida por la cual, desgraciadamente no disponemos de recursos para darles cabida, y por último, y no menos importante, la mayoría de ellos tienen en común el hecho de tener poca red de apoyo a su alrededor que les pueda ayudar en esta situación.

 

 

Cómo trabajamos para conseguir trayectos positivos?

Trayecto es un proyecto que se nutre de trabajar coordinadamente con profesionales de otras entidades y recursos, una forma de trabajo fundamental para conseguir abrir puertas y posibilidades en los ámbitos de apoyo a jóvenes. Se trabaja en red con educadores, con centros educativos, con abogados para pedir  apoyo jurídico, con el Àrea de Suport als Joves Tutelats i Extutelats, entre otras. Con los chicos y chicas se establece previamente un plan de trabajo donde, como mínimo, se proponen dos objetivos importantes para su camino  hacia la emancipación y, a partir de entonces, el/la educador/a y el/la chico/a se encuentran periódicamente en Punt para hacer tutorías de seguimiento y van presencialmente a conocer otros recursos del territorio o a resolver trámites conjuntamente.

En Trayecto no hay un inicio y un final de curso, ya que la duración del acompañamiento dependerá del tiempo que necesite cada caso para conseguir la emancipación. 

 

 

Trabajando con la vulnerabilidad

Hoy dedicamos este artículo a explicar una de las caras del trabajo del equipo de educadoras: qué significa acompañar cada día a personas jóvenes que llegan a la entidad con mochilas tan diversas, pero que a menudo tienen en común unos itinerarios de vida complejos y duros y un futuro inmediato poco prometedor. Las formaciones diversas del equipo profesional, su vocación para acompañar estos itinerarios y los aprendizajes que el propio trabajo conlleva, les permiten arribar a sostener los diferentes procesos de emancipación de los chicos y chicas. Aún y así, para garantizar que lo puedan hacer a lo largo del tiempo y dando lo mejor de ellas mismas, es necesario tener cura de ellas: disponer de espacios para compartir dudas y preocupaciones sobre casos de jóvenes con el resto de profesionales, atender a la propia vulnerabilidad de cada educadora y tener cura de su salud mental. Así es como lo hacemos:

 

Aprendiendo a acompañar

Es enorme la riqueza que aporta acompañar a tantos casos humanos cómo jóvenes atendemos cada día. El reto de tener las herramientas para atender cada singularidad también es grande, por eso el equipo de educadores dedica unas horas a lo largo del año en formarse en ámbitos que complementan y ensanchan las posibilidades de atención a jóvenes.

 

Una de las demandas del equipo era aprender a atender casos de jóvenes con problemas relacionados con la salud mental, casos que desafortunadamente el confinamiento y la crisis del coronavirus han acentuado y que hay que atender. Por eso, el mes de febrero hemos realizado una cápsula formativa de 3 horas en acompañamiento a personas con dificultades relacionadas con la salud mental, impartida por el equipo del SATMI, el Programa de atención a la salud mental de la población inmigrada del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.

El cuidado del equipo profesional, clave para poder continuar acompañando

El acompañamiento directo a jóvenes es la esencia del trabajo de la educadora y puede resultar en una sola jornada una tarea muy gratificante, intensa, tierna, activista y desgastante.

Para poder asumir cada día estas emociones, en Punt de Referència contamos, una vez al mes, con una sesión de supervisión, en la cual una profesional de Fil a l’Agulla reúne todo el equipo y da herramientas para hacer frente a los principales malestares y retos que el equipo lleva a debate. En este espacio también se atienden temas relacionados con el propio funcionamiento del equipo profesional.

 

 

La juventud conoce de primera mano roles profesionales gracias a empresas colaboradoras

El mes de marzo ha sido muy enriquecedor para los chicos y chicas del Proyecto Atenea ya que, a banda de entrenar sus habilidades de estudio y centrarse en su trayectoria formativa, han podido complementar sus conocimientos en relación a la ocupabilidad y competencias aplicadas a los roles de trabajo gracias a la colaboración de proyectos con el restaurante Masia Can Ametller y el Rotary Club Barcelona Millenium.

Nos hizo mucha ilusión que el restaurante Can Ametller nos propusiese ofrecer una visita guiada para jóvenes y voluntariado donde pudiesen descubrir las personas profesionales que trabajan allí y las características de sus roles laborales. La propuesta despertó mucho interés entre jóvenes, de manera que el día 16 de marzo por la tarde un grupo numeroso de Punt nos dirigíamos hacia a la masía situada en Sant Cugat.

   

Tan acogedores fueron los trabajadores del restaurante como lo era el mismo espacio. Divididos en dos grupos, los jóvenes y voluntariado fueron descubriendo cada sala y los diferentes servicios que Can Ametller ofrece. En el recorrido, contaron con el relato en primera persona de diferentes roles profesionales que integran el engranaje de este restaurante: desde el cocinero, a la encargada de recursos humanos, pasando por socios propietarios o la encargada de la responsabilidad social corporativa. Esta mirada global y la predisposición de responder todas las dudas, permitieron a los jóvenes entender cómo podría ser dedicarse a la restauración y hasta aprendieron, gracias a los consejos de la responsable de RRHH, cómo presentar sus candidaturas.

   

Salimos muy satisfechos por haber tenido estra oportunidad, y animados por el mensaje que nos dirigieron: cuando hay ganas de trabajar y no se pierde la lucha por conseguirlo, es más fácil que se abran nuevas oportunidades. 

Otra experiencia muy positiva fue la tarde en la cual, profesionales de diferentes sectores empresariales, que a la vez forman parte del Rotary Club Barcelona Millenium, dedicaron una sesión con jóvenes y voluntariado para practicar una entrevista de trabajo virtual. Fue muy útil para los jóvenes aprender a explicarse en este formato que ha llegado para quedarse, según lo que los profesionales de RRHH que estaban presentes nos explicaron. Orientaron a los jóvenes, quienes se apuntaron loc consejos sobre cómo poner en valor sus competencias a la hora de dirigirse a las empresas y hacer frente a una selección de personal.

Tanto el voluntariado de Atenea como los chicos y chicas quedaron muy satisfechos con esta sesión y agradecieron a  Rotary por haber tenido este espacio. Muchas gracias!

Más impedimentos legales para el futuro de la juventud migrante

La nueva reinterpretación de la Ley de Extranjería dificulta la renovación de residencia de centenares de jóvenes. Este nuevo obstáculo pone en peligro no sólo su situación administrativa sino también sus orientaciones formativas y profesionales.

Sara Montesinos
Fotografías: Clàudia Frontino

 

 

Dice Mourad que lo tiene todo planeado. Es plenamente consciente de las dificultades a las que se afrenta a causa de la Ley de Extranjería y por eso contempla diversas opciones para continuar su camino en Cataluña. A sus 19 años, lidia de forma constante con trámites burocráticos, gestiones de papeles, servicios de protección de la administración y un largo etcétera que otros jóvenes a su edad ni tan solo imaginan.

Llegó al Estado Español el año 2017, cuando tenía solo 15 años, y desde Almería en un autobús hacia Barcelona. Mourad, como miles de otros jóvenes marroquíes, dejó su ciudad natal, Nador, para luchar por una vida mejor con más oportunidades persiguiendo el sueño europeo que arrastra frustraciones, dolor y náufragos. 

“Pasé más de un año en el centro de acogida de menores. Allí aprendí a leer. Estuve muy bien y es una época que nunca olvidaré», explica, “tenía un educador rifeño como yo, Fouad. Con él aprendí el idioma, era muy buena persona y muy buen profesor, con él me concentraba”. Aún y así, después del centro de Vallvidrera fue trasladado a un piso de autonomía para menores de Torre Baró. Allí compartió piso con cuatro jóvenes y más educadores, pero ya no era lo mismo y pronto tuvo que prepararse para la mayoría de de edad.

“Yo era un chico responsable, quería estudiar y me portaba bien, pero cuando cumplí los  18 años todo se me desmontó. A los 18 y tres meses salí a la calle», recuerda.

Mourad es uno de los muchos jóvenes que quedó a la calle poco después de cumplir la mayoría de edad, “lo pasé muy mal y sentí que lo había perdido todo”. Per suerte, en su red de amistades y conocidos encontró un techo donde pasar las noches y ahora, poco a poco, mira de volver a estabilizar su rutina. Aún y así, la pesadilla burocrática continúa.

El pasado mes de julio, las entidades FEDAIA, ECAS y FEPA (que lidera la campaña “Un callejón sin salida”, de la cual formamos parte) denunciaban en una nota de prensa el endurecimiento de los criterios para renovar la residencia para jóvenes mayores de 18 años. Por un cambio de interpretación en la Ley de Extranjería, los jóvenes  extutelados no podrán renovar los permisos de residencia sin medios propios. 

El cambio afecta principalmente en el incremento del porcentaje del IPREM del que han de disponer los jóvenes de hasta 540€ en la primera renovación y hasta 2.100€ en la segunda. El endurecimiento además, no se trata solamente del incremento de los medios propios sino que estos no podrán derivarse del apoyo para la emancipación de que puedan beneficiarse tanto entidades como la administración. 

Este cambio, que se denuncia desde mediados de 2020, empieza a notarse en este primer trimestre de 2021, en el que las renovaciones de residencias de decenas y centenares de jóvenes extutelados empiezan a llegar denegadas por el Gobierno del Estado. De otro lado, si la situación de la juventud en Cataluña ya es compleja por lo que se refiere a retos laborales y emancipación, las exigencias que la Ley de Extranjería pide a la juventud migrante son desproporcionadas y casi imposibles de conseguir. 

Según el último estudio de Fotocasa, el año 2019 la edad media de emancipación en el Estado Español era de 32 años. En este sentido, con excepciones en pisos para jóvenes extutelados y prestaciones que no todos adquieren, se eles exige a los chicos y chicas migrantes que tengan autonomía 14 años antes que otros jóvenes con otros privilegios. Además, según los últimos datos del Idescat, que fechan de 2018 y a la espera de los efectos de la crisis de la Covid19, el salario medio de los jóvenes menores de 25 años no llega a los mil euros mensuales netos. A todo eso hay sumar que el precio medio de alquiler a la ciudad de Barcelona es de 973€ mensuales y 737€ en Cataluña.

La nueva interpretación de la Ley de Extranjería, más allá de condenar centenares de jóvenes a la irregularidad administrativa, continúa poniendo trabas a sus proyectos de vida. En el caso de Mourad, el ejemplo más claro es la formación. Como muchos otros jóvenes, él ha querido ampliar sus estudios. La situación en que quedó después de salir del centro le ha permitido que así fuera y no tiene previsto dejar de estudiar. Con 19 años, y siendo la primera renovación desde la mayoría de edad, el apoyo económico que recibe no le permite justificar medios propios.  

“Antes era más fácil, ahora te hacen decidir entre trabajar o estudiar aunque queramos esforzarnos a tener un buen trabajo”, explica.

Además, el estremecimiento emocional que supone el miedo a perder el permiso de residencia afecta también el día a día y las rutinas de los jóvenes, “veo los amigos sufrir muchísimo, y me sabe muy mal”, asegura Mourad. Después de toda una trayectoria de centros y formaciones, este nuevo obstáculo burocrático deja en papel mojado la inversión de la Administración.

En eso, Mourad lo tiene claro “hemos aprendido el idioma, hemos estudiado para trabajar y aportar nuestra parte al país y ahora nos dejaran sin papeles”.

Alba Pi, técnica del Proyecto Atenea de Punt de Referència donde fue educadora de Mourad, comparte las preocupaciones de la juventud “no saben qué pasará y afrontar el día a día con esta inseguridad genera muchas vivencias de inestabilidad, estrés y angustia que dificultan seguir con sus trayectorias de emancipación”. Además, Alba asegura que las profesionales se encuentran que algunas de las personas que acompañan, después de hacer un esfuerzo muy grande para aprender la lengua con un tiempo récord y acceder a estudios superiores, con la amenaza de perder la documentación están dejando los estudios y perdiendo la posibilidad de aprender un oficio y encontrar trabajos menos precarios. 

 

Mientras diferentes agrupaciones de entidades del tercer sector social como FEPA, Fedaia y ECAS piden la revocación de esta reinterpretación de la ley, jóvenes como Mourad continuan viendo reducir su futuro formativo y profesional. La emancipación que de media llega a los 32 años, en el caso de los jóvenes que migran solos se convierte en una carrera llena de obstáculos cuando a veces ni tan siquiera han superado la adolescencia.